14 - Una no tan buena presentación.

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Al día siguiente, Tanjiro despertó.

- ¡Tanjiro! - Cuando me enteré fui directo a ver cómo estaba, Inosuke y un kakushi también habían ido a verlo. Genya dormía en la misma habitación.

- ¿Porque hay una ventana rota? - Inosuke estaba inquieto, tenía un vidrio clavado en el ante brazo.

- Dejen de hacer tanto ruido... - El azabache estaba tapado hasta el cuello con sus manos en las orejas, parece que le disgustaba todo el ruido.

- Oh, tu despertar ha hecho que las cosas se descontrolaran un poco. - Me senté en un lado de su cama.

Cómo siempre el hermano mayor de los Kamado, calmado y atento. Hablé un poco con el, hasta que sentimos como un cuervo golpeaba la ventana.

- ¿Teruko? No necesitamos otra ventana rota. Entra por la que rompió Inosuke. - Hace algún tiempo que no veía a Teruko.

Simplemente entro como yo le dije y se sentó en mi cabeza, continúe hablando con Tanjiro.

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El almuerzo comenzó con tranquilidad, o lo que consideraba tranquilidad.

- Oye... ¿Gatos o perros?

- Gatos.

- ¿Cuidad o campo?

- Campo.

- ¿Familia o dinero?

- Familia.

- ¿Dulce o salado?

- Dulce.

Contestaba al instante, cómo si ya hubiera elegido su respuesta hace horas.

Oímos el ruido de la puerta abrirse, estábamos en el dojo así que podría ser cualquiera. - ¡_____! ¿Porque siempre te escapas en la hora del almuerzo? - Justamente, la dueña de esa voz era Hayami, quien estaba junto a Touko.

- ¡Debes avisarnos cuando empieces a almorzar! Siempre te escapas. - Parecía algo enojada.

- Puedo irme si quieren... - Dijo Genya agarrando su comida a punto de levantarse.

- ¡N-No! Tu siéntate. - Detuve al azabache y me dirigí a las chicas. - ¡Pueden comer con nosotros si quieren!

- Mhm... ¿Quien es el? - Las chicas habían aceptado mi invitación. Cómo anteriormente cada uno estaba de frente y la mesa era espaciosa, Hayami se sentó junto a mí y Touko junto a Genya. Pensé que sería lo más conveniente.

- ¿Cómo conociste a _____? - Su mirada era fría, como su tono de voz. El ambiente se volvió incómodo.

- ¡Fuimos compañeros de misiones por un largo tiempo! - Decidí interrumpir.

- Si... - La presencia de una chica ya era demaciado para el, tres era más de lo normal. Aunque note el esfuerzo mental que hizo, no se ruborizo, incluso contesto.

- Bueno... ¿Cómo han estado? - El ambiente era incómodo.

- Bien. - Muchas gracias a Touko por ser la única en contestar.

Cuando te vea otra vez | Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora