⚜Día 24⚜

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Notas del capitulo:

Les dije que haría segunda parte y aqui esta.

A diferencia de la vaquita, que aunque era linda, pero en el fondo es maliciosa e inteligente, el torito en realidad es mucho más inocente y tonto. Pero aun así no cambia mucho la historia.

....

Hace mucho tiempo que no dormía tan bien como esa noche, inevitablemente había tenido que dormir acompañado, en ausencia de otra cama disponible para el nuevo miembro de la familia, mi sorpresa temprano en la mañana, a la misma hora que despertaba todos los días, fue notar esa falta de espacio entre ambos, recordándome a la forma en que abrazaba a quien había ocupado el mismo lugar con anterioridad, tristemente no se trataba de la misma situación y en realidad lo que debí haber estado haciendo toda la noche fue aplastarlo sin clemencia, por supuesto que al instante me levanté, podría haberse quejado en cualquier momento, ¿acaso no se habría dado cuenta?, no, era muy improbable que no lo hubiera despertado a mitad de la noche, él de un lado, yo del otro, algo había hecho para acercarme tanto.

Decidí no perturbar su descanso y en su lugar, permanecí sentado un tiempo del que perdí la cuenta, observándolo tranquilamente en silencio, sus mejillas estaban enrojecidas del calor que recibió de mí todo ese tiempo y su expresión apacible, lo hacía parecer como un muñeco de rasgos finos, tan tierno que derrochaba niñez y tan inocente como un ángel caído de las alturas, habrá sido la tentación o la mera necesidad, pero mi mano, sin tomar en cuenta lo que pensaba, rozó gentilmente con el dorso de mis dedos sus facciones lisas e inmaduras, mi corazón se llenaba de un sentimiento cálido, el causante de mi sonrisa y el sosiego de mi soledad, al mismo tiempo que un trago amargo se deslizaba por mi garganta y no me dejaba disfrutarlo.

El primer día y ya me percataba de los problemas que tendría para entablar un vínculo con la creatura inocente, sólo esperaba que no fuera nada que tomar en cuenta como malo.

–¡Ashu!– Estornudó sacudiéndose como si también se hubiera asustado, fue gracioso. No podía negar que fue mi culpa despertarlo después de no haber querido eso.

–Buenos días– Lo saludé con una amplia sonrisa.

Confundido, más bien, nervioso, miró en todas direcciones y luego de ver que éramos los únicos en la habitación y probablemente recordar el día anterior, se escondió ocultando su rostro contra mi almohada.
¿Avergonzado?, me miró de soslayo separando muy poco el rostro de su escondite, encontrándose cada vez que lo hacía con mi mirada puesta en él, era la curiosidad con que lo observaba. La aparté únicamente cuando la risa fue imposible de contener, ¿de qué se ocultaba?, ¿de mí?, que tonto, tonto como un juego infantil, uno muy adorable.

–Sal de ahí– Le dije amablemente extendiendo una mano hacia él –No querrás perderte el desayuno– Sus pequeños ojos se iluminaron luego de escuchar esas palabras, ¿a quién me recordaba?

Esa fue la manera en que pude persuadirlo de salir. De la mano, aún con la ropa para dormir, me lo llevé por la casa para que comenzara a conocerla y para que confiara en la persona extraña que cuidaría de él a partir de ahora, me alegró ver a mi hija en la cocina, levantada tan temprano preparando el desayuno en mi lugar, aunque terminé siendo yo quien hiciera algo para el torito, todavía no leía ese libro, pero no podía ser tan diferentes, ¿o sí?

–¡Es tan lindo!– Comentó mi amor viendo al encantador niño comiendo, al parecer no era el único con debilidad por las cosas pequeñas y bonitas –Eh estado pensando en casarme y tener uno o dos hijos– Eso debía ser lo peor que podía decírsele a un padre o en este caso a mí, para mis adentros carraspeé la garganta, formulando la mejor manera de decírselo.

30 Dias De Otp (Kanento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora