Dueles.

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Creo que nunca entendí porque mi papá no era como el de los demás, siempre aspiré a que lo fuera, pero una como niña aspira a muchas cosas. Mis ansias de niña pensaba que el en algún momento sería así, incluso luego de grande aún tenía esperanzas que algo por obra de magia cambiara dentro de él. Cuando eres adolescente las cosas cambian, uno quiere libertad e independencia y el en lugar de entender me trataba mal o incluso hasta se burlaba de mis defectos físicos, minimizaba mis sentimientos y ahí fue cuando algo se quebró dentro de mí. Me protegí, con una coraza de hierro impenetrable, imposible de romper, fingí y lo hice por tanto tiempo que me la creí, empecé a pensar que esa era yo, que esa era mi esencia y mi personalidad, pensé que era una persona dura y fría, con un carácter fuerte, que nada lo que me dijeran me lastimaría y aunque yo creía que así era, no era cierto. Fingí odiarlo, fingí despreciarlo y se lo hacía saber, era la típica relación tormentosa de padre e hija, que no se entienden, no se dan cariño y que si es posible estaban mejor a 10000km de distancia. Pero, ¿Porque? ¿Acaso de niña no éramos unidos? ¿No éramos los mejores amigos? ¿Qué fue lo que cambio? y la verdad creo saber lo qué pasó, ocurrió que crecí, entendí cosas, me decepcionó tantas veces que ya no podía justificarlo, ya era algo imposible de hacer, me lastimo tanto que la niña cariñosa, espontánea y sensible desapareció por completo, estuve varios años de mi vida perdida, fingiendo ser alguien que no era, cegada por el dolor, teniendo la herida abierta que no dejaba de sangrar pero haciendo caso omiso de ella, fue como cuando pones en pausa una película, o como cuando le pones una curita a una herida que necesita ser cerrada con puntos, o como esa dolencia que ignoras por años. Siempre va a estar ahí pero no le tomas atención, o prefieres hacerlo para no cargar con el dolor que conlleva. Porque es mejor ignorar algo que duele a estar consciente. Por muchos años una como hija aún tiene la esperanza de que todo va a cambiar para mejor, pero cuando esa persona te decepciona tantas veces, confiar se convierte en algo muy complicado. ¿Por qué confiar en alguien que siempre me falla? Por amor, porque lo quieres, y porque muy en el fondo esperas que él te quiera, a pesar de que no lo demuestre. Por mucho que él te diga que te ama, como creerle si con sus acciones dice todo lo contrario. Y cuando pensé en ello lo entendí todo, mi desconfianza extrema viene de allí, suelo dudar mucho de lo que los demás me dicen, más aún si son hombres que intentan vincularse conmigo, me cuesta creerles, gracias por eso papá. Muchos años me costó abrirme, y darme cuenta del daño que me causaron y que pensé que superé. Falso, ahí está y me duele pero supongo que con el tiempo sanare cada una de las heridas para así estar libre de todo el dolor que llevo cargando toda mi vida. Muchas veces me he sentido desprotegida e insegura y cuando busco una relación una de las cosas de las que busco es eso, protección y seguridad, y no está bien, porque ellos no son mi padre, no tienen porque protegerme, una pareja es para complementarse y cumplir sueños, compartir tu vida con alguien es algo importante quizás ahora no le dan tanta importancia pero lo es, no puedo poner sobre sus hombros el peso de mi dolor de ausencia paternal, sería egoísta de mi parte. Sé que tengo que sanar para que deje de doler.

Lidiando contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora