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deslizó el pincel con cuidado de no salirse de la línea tarareando una canción que había escucho en una tienda de la cual no sabía su nombre. estaba agradecido de que renjun le haya regalado de esos cuadros con números para pintar.
cerró todos los pequeños contenedores de pintura mientras limpiaba su pincel con un poco de agua, en cualquier momento llegaría sungchan y no quería atrasarse.
al terminar de guardar todo sintió unas manos en sus hombros haciendole saltar del susto junto a un pequeño grito.
chan rió — eres muy asustadiso taro.
suspiro aliviado al escuchar su voz — claro, tendría mucho miedo si alguien me agarrara — colgó su bolso en sus hombros — , pero estoy agradecido que seas tu.
jung tomó las manos del peli-cenisa para llevarlo fuera de las mesas exteriores de la cafetería.
no caminaron mucho cuando soltó de su mano. shotaro giró sobre sus talones hacia su amigo y dio otro salto del susto cuando lo vio muy cerca suyo. sungchan rodeó su cintura con una mano mientras que la otra tiraba de su brazo para atraerlo muy cerca, sentía los brazos encogidos del menor en su pecho y tomó iniciativa para acercarse a sus labios, suspirando cerca de su boca.
pero claro, siempre se repetía la misma historia.
shotaro empujó a sungchan con su índice en su frente, haciendo que de varios pasos hacia atrás. rió al verlo con los labios y brazos estirados hacia su dirección teniendo los ojos cerrados.
— no me avisaste channie.
sung abrió los ojos mirándose ridículo y retomando su postura.
— ¿cuando podré besarte? — en cambio recibió un puchero — nos gustamos desde hace mucho pero no nos hemos dado ni un beso.
jugó con sus dedos nervioso — es muy rápido... — hablo bajito.
el castaño suspiro rendido pero cambió su expresión por una sonrisa — esta bien, iremos lento por ti.
shotaro sonrió — solo dame un abrazo.
camino los pocos pasos que los separaban para lanzarse a el alto, cruzó sus brazos en su cuello mientras este lo sostenía de sus caderas. oculto su rostro en su cuello sintiendo su aroma a rosas, le dejaba un cosquilleo en su estómago tenerlo así.
— y los besos vendrán después.
dijo aún sin salir de su escondite porque estaba seguro que su rostro estaba sonrojado. sung acarició su espalda y cabello mientras reía por lo anterior dicho.
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