P.O.V Nalia
Julianne sigue sin responderme nada más, es increíble como un par de palabras puede herirme tanto, pero no soy capaz de decirle nada tampoco, sé que está sufriendo y en parte ese sufrimiento también es mi culpa. Sin poder hacer nada decido salir unos minutos fuera del departamento, Julianne ni si quiera alza su mirada, solo me deja irme sin más.
Necesito despejar mi mente para poder estar para Julianne, así que decido ir a comprar un par de alimentos al minisúper cercano. Bajando por las escaleras me doy cuenta de que mi "relación" con mi profesora nunca ha sido fácil, Julianne tiene razón, siempre han sido malos tiempos para nosotras ¿Qué lo haya dicho significa algo? No lo sé, tampoco quiero enrollarme en el asunto...
Camino hasta el minisúper y cuando entro saludo al hombre detrás de la barra, cojo un canastillo y decido perderme en pensamientos fáciles que no requieren mucho de mi, como por ejemplo ¿Llevo kétchup o mostaza? ¿fideos o arroz? Cosas que sí puedo decidir y que no me dejan pensando tanto como Julianne.
Cuando ya tengo todos los alimentos en el canastillo me dirijo hacia la caja, pero antes de que pudiese llegar un hombre alto de chaqueta negra se cruza en mi camino y me sonríe. Es pelinegro y algo en su rostro me resulta familiar..
-Nalia! Cuanto tiempo sin verte!
Hago memoria mental de su rostro y su voz, cuando creo que no lo voy a recordar...
-Wally!-digo sorprendida- ¿Qué haces aquí?
Él se encoje de hombros y remueve su chaqueta incómodo.
-Vine a arreglar cuentas a un par de manzanas de aquí con unos chicos que nos estaban poniendo problemas para ingresar al prostíbulo- dice seriamente y yo asiento, Wally era uno de los guardias del prostíbulo con quien mas relación tuve, siempre fue simpático y se encarga de contarme un montón de anécdotas siempre.
-Okay-digo con la respiración lenta- sigues en esos negocios-digo a modo de confirmación.
-Sí-desvía su mirada- el prostíbulo no es lo de antes, hoy en día solo vez hombres que maltratan a las muchachas y deciden irse sin pagar, con Mario hemos tenido un montón de problemas al respecto, nuestro jefe José al parecer quiere cerrarlo y ahora está invirtiendo en otros negocios... no exactamente legales y las cosas se han puesto feas a decir verdad.
-Oh, vaya...-digo con lástima por Wally- sabes que no es necesario seguir en aquel trabajo, eres magnifico Wally, cualquiera quisiera contratarte en su trabajo-le digo a modo de ánimo y Wally suelta una triste sonrisa.
Caminamos para pagar nuestros víveres y cuando salimos del minisúper Wally camina hacia otro hombre, pelirrojo y tan alto como él, no es difícil recordar su nombre, es Mario, quien al darse cuenta de nuestra salida de inmediato su expresión cambia, a una más seria que me hace sentir un nudo en el estómago. Antes de que continua su mirada sobre la mía Wally camina hacia mi.
-Es mejor despedirnos ahora, a sido un gusto verte Nalia, has crecido y te ves mucho mas madura, una alegría para mi poder verte...
-Para mi también Wally-suelto una sonrisa- espero que consigas escapar de aquel lugar un día.
Sin más Wally se de la vuelta y camina hacia Mario, quien no ha dejado de mirarme en toda nuestra conversación y que ahora parece perdido en sus pensamientos, ambos hombres desaparecen en cosa de segundos y una extraña sensación se apodera de mí.
Decido volver con Julianne y eliminar el miedo que sentí ante la expresión de Mario, él era el otro guardia del prostíbulo, el segundo al mando si recuerdo bien, nunca tuvimos mucha cercanía, solo de él destacaba su cabello pelirrojo ahora mas oscuro por los años.
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Malos Tiempos(temática lésbica)
RomanceNalia tiene dieciocho años, hija menor de una familia con pocos recursos, el desempleo de su padre y con la venida de un nuevo hermano a la familia decide trabajar durante el verano en un prostíbulo ¿Qué pasaría si en su nuevo trabajo se encuentra c...