Vous retrouver. Carulia

7. Espasmos después de las palabras

Nota: Esta parte ya la había publicado, pero al revisarla vi que tenia errores y cosas que no me convencieron del todo, les recomiendo volver a leer, ya que hice unas modificaciones. Saludos!

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"Porque yo te amo".

La madrugada se hospedó a través de la ventana estrecha del avión, Carmen miraba a la nada sumergida en el precipicio del pasado, sentía sus mejillas cosquillear con el repentino acompañamiento del sonrojo traicionero, sus mejillas parecían revelar con verguenza su escasa compostura, ante el sencillo digusto de perder los estribos, se reclamó alterada ante su juicio insensato, guiada por el furor del corazón. Confundida antes que todo, recuerda la mirada de Julia como si fuera un suave lago sumergido en la penumbra, el reflejo de como el de la luna en sus ojos a pesar de no estar observando la noche estrellada, y sus bonitos labios rosados persistiendo tan tentadores como siempre, tal vez poseían la suavidad de la cáscara de los duraznos, quería saborear su boca con una sed inaudita, y a pesar de que era tan transparente su anhelo, Carmen aún no poseía la certeza de ello.

Recuerda el exacto momento en el que su cobardía eclipso su razón, incapaz de dejarse llevar por el sentimiento puro que emergía dentro de ella, fue una sensación helada de porfiada necesidad, su corazón latió con arrebato, perdió la discusión en un marisma de repulsión dirigida hacia ella misma, fue en ese momento que la observo con amor profundo, cuando su mente distorsiono la realidad, y en su lugar contemplaba su atisbo repleto de perdida, como aquella vez, hace dos años cuando ella era un vástago de la penuria, un corazón vacío boyar en un talud súbito. Relaciono su existencia, con que Julia se haya visto perjudicada en el camino por culpa suya, tacho su nombre con brusquedad en un sentimiento siniestro, y tormentoso, cometió el grave error de resguardar un pánico imprudente hacia ella misma, toda seguridad existente se desvanece como la vida de una estrella en el firmamento, observó su propia alma sedar ante la fuente de lozanía, el pudor tosió con ímpetu, y la severa línea bifurcando el pavor entre la razón se fisuro rimbombante. ¿Y si ella es la causa de las amenazas de muerte de Julia? No lo permitiría nunca, aun así deba restregar sangre contra la avezada hontanar de helor casto e intempestivo.

Una silenciosa lagrima se deslizo por su mejilla sin que ella se diera cuenta de ello. Hasta que sintió la lagrima caer sobre su mano, una gota caliente con fiebre ante la tempestad de la cual mamaba seno. Tocó su piel sorprendida por el repentino roce, y acaricio la lagrima hasta hacerla humedecer parte superior de su mano. La añoraba, deseaba con una fuerza enfermiza volver tras sus pasos y besar a Julia con el mismo rezumar de una botella de vino abundante, con frugalidad y aridez. Pero era la primera vez que sentía algo semejante, y le provocaba una sensación de inseguridad que nunca antes experimento con tan poca calma.

Se encontraba en un vuelo con varias personas, desde el desmoronamiento de V.I.LE ya no tenía ingresos similares al antaño, por ahora le quedaba lo que le aportó A.C.M.E que aunque no era poco, no era igual de ilimitado que el anterior. Por ello y con ayuda de Player, dividía su dinero de la manera más prudente posible.

Se prometió que en cuanto acabara esto de la ladrona misteriosa de arte, se dedicaría a alejarse más de ese mundo, y que ya no mantendría tanto estrés en su vida.

De repente, dentro del avión, escucho una voz hablando por teléfono, a su izquierda, al principio le resulto ordinario puesto que estaba entre varias personas, pero de alguna manera predomino el morbo en su interior, y por mera casualidad volteo a ver, y con mayor razón al escuchar, "Crackle" frunció el ceño, y casi se levanta al ver una mujer con mascara de jaguar sentada con una sonrisa cínica, se levantó de su asiento alterada llamando la atención de varios en el lugar, pero cuando parpadeo, ella ya no estaba, en su lugar se hallaba una niña con un peluche de un felino, que ahora la miraba sumamente extrañada. Volvió a tomar asiento, tomando su frente.