En una cabaña alejada de la ciudad se encontraban ellos nuevamente, por la puerta principal se adentraban los deseos más oscuros y desordenados.
Después de una noche bailando en un club ellos querían volver conocerse, volver a descubrir y deleitarse con las sensaciones del momento, la habitación era como un bello paraíso donde la lujuria gobernaba en cada rincón, allí nadie les podía juzgar, saciar su deseo era el pecado del que jamás se arrepentirían, la vida es solo una y ellos la vivirían máximo.
Ella danzaba de una forma espectacular y en la cama era una fiera salvaje que nadie podía frenar.
Damon era la clase de amante que quisieras tener, su experiencia y unas suaves palabras te harían caer a sus pies para luego mostrar su verdadera forma, él era un sádico lleno de orgullo.
Philip era un arma de doble filo, en apariencia y comportamiento parecía un tímido gatito, la mayoría lo conocía como el tranquilo niño de algodón, pero el en los rincones más oscuros una oleada de sensaciones lo consumía mientras su verdadera personalidad sale a flote tomado el mando de las aguas más turbulentas.
La bella Victoria atacaba con desorden los carnosos y suaves labios del menor, con su mano recorría la delgada figura logrando aferrarse en la cintura de este.
El mayor de todos cerró la puerta de una patada mientras en el camino su ropa caía como hojas en otoño, su sonrisa ladina se hizo presente, sus pupilas estaban dilatadas por el deseo y la excitación del momento.
Ella en su torpe caminar logra toparse con el cuerpo de Damon, en un jadeo rompe el beso con Philip y una fina línea de saliva los unía, las manos del mayor arrancaron la envidiable camisa que ella portaba, los botones salieron disparados cuales proyectiles y las mangas fueron rasgadas como si se tratara de un feroz animal hambriento.
Los jadeos y suaves gemidos inundaban la cabaña, el que tomo el mando de la situación fue Damon y al menor no le gusto para nada, lo dejaron de lado y ellos dos se encerraron en una burbuja donde el claramente estaba siendo excluido, las pocas veces que se encontraban en ese lugar sucedía varias veces lo mismo, cansado de la situación agarro del cabello a su hermano y lo atrajo en un demandante beso, los dos estaban peleando por tomar el control, mientras ellos se concentraban en lo suyo Victoria se calentaba aún más al ver la tremenda escena frente a sus ojos, era tan excitante y lo único que lograba hacer era masturbarse viéndolo a ellos.
Philip logro tomar el control y con todas sus fuerzas estampo a su hermano mayor contra la pared, Damon rasguñaba y clavaba sus uñas en la delicada piel de porcelana de su hermanito, absortos buscando más placer el pequeñín restregó su pene por en medio de las nalgas del hombre que tenía su ego desplomado por el piso al saber que la hermosa figura que lo sostenía era capaz de rebajarlo, y hacerlo rogar por más.
Victoria gimoteo al sentir la falta de atención de sus deseables amantes, ellos al escucharla se separaron y la verdadera fiesta comenzaría, el bosque jamás los delataría, la gente no conocerá sus verdaderas caras y así ellos seguirán gozando de los bellos placeres de la vida.