Capítulo 8

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Para Pilar era todo muy diferente, hacia muchos años o mejor dicho jamás la habían tratado así, Pablo era perfecto, guapo, dulce, tierno y todo eso enamoró a Pilar y se arriesgo a estar con él, tendría que ser a escondidas hasta que se divorcie pero quería vivir esa felicidad que por primera vez Pablo le daba...

En la noche...

Belén: Que rico huele mami (la abrazo por la espalda).

Pilar: Vamos a poner la mesa que ya debe llegar Pablo.

Belén: Mírame (se puso frente a ella) te veo diferente, tus ojos brillan mami ¿sabes cuanto hace que no te veo así? Y eso me pone feliz mamita.

Pilar: Quizás es la paz, la tranquilidad, no lo sé y a mi me pone feliz verte sonreír, verte como una adolescente normal y no tener que preocuparte tanto hija, por mi, por todo.

Belén: Pero ya no más, ahora estamos libres pero jamás, escúchame bien, jamás voy a dejar de preocuparme por ti y de estar cerca de ti porque te amo.

Pilar: Mi niña, ahora seré yo quien te cuide, te amo princesa (la abrazo).

Pablo: Buenas noches, que hermosa escena.

Belén: Tienes que acostumbrarte a vernos así, nos amamos.

Pablo: Lo se y me encanta verlas así y verlas sonreír.

Pilar: Ya está lista la cena.

Pablo: Y yo tengo mucha hambre.

Belén: Ven siéntate.

Pablo: Las ayudo a poner la mesa.

Pilar: ¿Como te fue?

Pablo: Bien, hoy estuvo muy tranquilo todo en el hospital.

Belén: Me gustaría trabajar en el hospital, ser enfermera o algo así, me gusta todo eso.

Pablo: Puedo enseñarte algunas cosas.

Belén: Si me gustaría.

Pablo: Mañana puedo explicarte algunas cosas y ver en la computadora.

Belén: Gracias Pablo, ojalá mi papá hubiera sido como tú.

Pablo: Sabes que cuentas conmigo para lo que sea.

Pilar sonrió y se leyó un gracias en sus labios...

Más tarde Belén se fue a dormir, mientras Pilar lavaba los platos...

Pablo: Te extrañe (la abrazo por la espalda) no sabes las ganas que tenía de darte un beso.

Pilar: Yo también (se puso frente a él y rodeó su cuello con sus brazos) me siento en las nubes Pablo pero no voy a negar que estoy nerviosa.

Pablo: Bonita, no tienes que temer nada, ya estás fuera de todo eso que te dañaba, es hora de que seas feliz y yo quiero hacerte feliz mi amor.

Pilar: Te amo.

Pablo: Repiteme eso.

Pilar: Te amo Pablo y sos lo más hermoso que pudo pasarme, llegaste como un ángel a rescatarme.

Pablo: Te amo princesa.

Pablo la beso como solo él sabia, tierno, suave, él estaba empezando a adorar esos labios de Pilar, sus besos, su perfume...

Pablo: Ven, sentemonos aquí en el sofá, entra la luz de la luna y te hace ver más hermosa de lo que eres, tus ojos brillan más.

Pilar: También me gustan mucho tus ojos (le acaricio la mejilla) todo esto parece un sueño, salir de mi casa por fin, conocerte, sentirme amada.

Pablo: Mereces eso y más princesa, te amo (la beso).

Los besos fueron haciéndose más intensos cuando sus lenguas comenzaron a jugar, Pablo la tomo de la cintura y la atrajo más a él, acarició suave su pierna, subiendo su mano lentamente...

Pilar: Pablo, Pablo no, no puedo, no puedo (comenzó a llorar).

Pablo: Tranquila, Pili mírame (levanto su rostro) calma, no pasa nada (la abrazo).

Pilar: Gracias.

Pablo: No tienes que agradecerme nada ¿puedo hacerte una pregunta?

Pilar: Si, claro.

Pablo: ¿Él te obligaba a tener relaciones? ¿Abusaba se ti?

Pilar: Si (bajo su rostro).

Pablo: Mi amor, mírame...quiero que entiendas que ese no es un hombre, es un imbecil y que tú no tienes la culpa de nada como él te hizo creer porque no hay ningún motivo para pegarle a una mujer, tú eres una dama, dulce, tierna, una buena mamá, hermosa mujer que merece ser respetada y ahora yo te protegere de quien sea, ahora eres mi vida, mi mujer y tienen que pasar sobre mi para tocarte, te amo Pili y eres perfecta, grabatelo, perfecta.

Pilar: Le agradezco a Dios por haberte puesto en mi camino, tantos años de abuso, no es fácil, tantos años de decirme que tengo la culpa de todo, que no sirvo para nada, que por lo más mínimo me golpee, no puedo de un dia para el otro quererme a mi misma, sentir que soy una mujer hermosa o sentirme capas y todo eso junto a ti lo estoy sintiendo.

Pablo: Eres mi princesa (secandole las lágrimas) y eres la mujer más hermosa que haya visto, te amo Pilar y pase lo que pase quiero que jamás olvides eso, te amo con toda mi alma.

Pilar lo abrazó tan fuerte como si no quisiera soltarlo jamás, ese ángel había llegado para quedarse y para cambiar la vida de Pilar y de Belén...
Al día siguiente Pilar tendría que enfrentar algo doloroso, declarar ante la justicia los abusos pero no estaba sola, Pablo sería su apoyo...

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