Incómodo

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Todo el día en la oficina, todo el día.

Desde que Gaara me dijo que planeaba dejar de ser Kazekage, había pasado todos los día en la oficina, desde el alba hasta el anochecer, y como me había ofrecido a ayudarlo en su estancia en la aldea, tenía que estar con él todo ese tiempo y diablos, era agotador.

Su excusa era que quería adelantar trabajo así no era tan pesado el inicio de Kankuro como Kasekage, era un acto noble y gentil de su parte, pero ya se estaba excediendo, y el no descansar correctamente lo ponía tenso, quizá no lo demostraba, pero yo lo notaba.

Me puse de pie dejando aquellos papeles en los que estaba trabajando en mi pequeña mesa de trabajo, camine lento mientras me estiraba un poco hasta estar detrás de la silla de Gaara. Observe la Aldea a través de una de las ventanas de la oficina y respiré la brisa que justo chocó contra mí rostro, refrescante. Me di media vuelta y observé a Gaara desde atrás, veía como leía y escribía, tomaba y sellaba, algunas veces se estiraba para tomar papeles o con su arena se traía libros pesados, todo sin parar.

Al ver esa escena fruncí un poco mis labios.

—Kazekage —lo llamé, seguía apoyada en la ventana mientras lo observaba.

—¿Si? —me respondió desinteresado, parecía que ni siquiera me estaba prestando atención.

—Podríamos tomar un descanso —propuse, él seguía haciendo su trabajo sin detenerse.

—No nos falta mucho para terminar.

Fruncí el ceño y caminé hasta estar frente a su silla, la gire de un golpe y quedamos cara a cara, él estaba impresionado por el repentino golpe y movimiento.

—No fue una pregunta —le aclaré, él respiró hondo y exhaló lentamente, estaba cansado y podía notarse con facilidad.

—Kiyomi, no falta demasiado, solo un día y-

—Kasekage, me está explotando, ¿Eso es ilegal, sabe? A este paso un día voy a ir con el Hokage a pedirle que me reubiquen y me den una misión con mi equipo. —Gaara me vio asombrado y se quitó su gorra de Kage, volviendo a suspirar.

—Lo siento, no sabía que estabas cansada, puedes ir a-

—No vaya a querés enviarme a descansar para luego tener que volver a este calvario —le respondí ya enfadada. No sabía que me molestaba más, si el hecho de que crea que voy a irme y dejarlo con todo esto, o que ni siquiera se incluya en los planes de descanso.

—¿Qué quieres? —me preguntó entrecerrando sus lindos ojos.

—Kasekage, usted-

—Deja las formalidades Kiyomi, sabes que no me gusta que me digas así.

Sonreí un poco inevitablemente y continúe.

—Gaara, mírate —lo apunté vagamente, él se miró a sí mismo y casi río ante su acción— estás trabajando día y casi noche, no respetas los descansos y te alimentas solo si te insisto. Se que quieres dejar todo perfecto para Kankuro y es muy honorable de tu parte, pero no así.

Respire hondo mientras cerraba mis ojos, cuando los abrí, él seguía observandome fijamente.

»Estás estresado y cansado —continué—, no creas que no me doy cuenta, y estoy preocupada por tí —él alzó levemente sus cejas con impresión pero continúe— Yo me ofrecí a ayudarte porque quiero, y por qué te quiero te voy a obligar a tomarte un día de descanso.

El me miró aún más sorprendido y balbuceó un poco antes de hablar.

—Pero... Enserio no nos falta mucho, si me dejas ter-

Amor | Gaara - KiyomiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora