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«Al principio pensé en negarme, el villano contando su propia versión, sonaba un poco, irónico.

¿Desde cuándo un villano buscaba su lugar en la historia?

Y ese era el pequeño problema, él no era un villano cualquiera, incluso el título de villano le quedaba corto.

Él es el rey de las pesadillas.»

Ada le miro de reojo, ambos estaban tratando de regular sus respiraciones agitadas a causa de aquella buena sesión de cardio que habían tenido.

Ninguno se atrevía a romper el silencio, que incluso resultaba cómodo, ambos miraban al techo iluminado por la luminaria exterior, sus respiraciones eran el único sonido de fondo. Parecía que romper el silencio, era perder contra el otro.

Ada le miro de nuevo, tan encismado consigo mismo, lo que la llevó a ponerse de pie y tomar su ropa, para caminar a su habitación. Su mente y aquel lado racional, comenzaba a realizar sus rabietas mentales, causándole crudas morales.

Suspiró, caminando a la ducha y metiéndose bajo ella.

Pitch seguía en la alfombra de la cocina, sin dejar de mirar el techo, no tenía nada de divertido, pero, era una buena excusa para ignorar todo a su alrededor. Habían pasado siglos que, el placer de los mortales y que en algún momento disfruto, se le había negado, ahora, parecía un poco irreal haberlo experimentado.

Salió de su trance, cuando las gotas de agua comenzaron a golpear el silencio que reinaba en la casa, sin titubear mucho se vistió en un chasquido y salió de ahí, por hoy, había terminado su parte.

O al menos, intentaba convencerse de ello.

Ada terminó de ducharse, saliendo con una playera y un short holgado. Miró hacía afuera de su habitación, pero no le encontró, lo cual la relajo, pero también, la estremecía.

—Lo estoy arruinando, ¿no es así? —susurraba para sí misma, cubriéndose con la almohada sobre su cara—. Y ni hablar de la jodida molestia que tengo entre las piernas

Y sí, es que nada era como los medios gráficos que alguna vez había visto o como le habían narrado los libros juveniles, tenía ardor y una molestia cuando sus piernas se cruzaban al caminar.

—Sí alguien pudiera golpearme, lo agradecería —volvió a susurrar, apoyándose en una de las almohadas

—Sí alguien pudiera golpearme, lo agradecería —volvió a susurrar, apoyándose en una de las almohadas

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Aquel aparato resonó una vez más en la habitación, despertándola.

—¿Sí? —preguntó con una voz pastosa, la voz de su madre la alertó

Una vez terminada su llamada, miro el techo, no había nada interesante, pero, era mejor que levantarse, sus caderas, entrepierna y cuerpo en general, estaban adoloridos, y cómo no estarlo.

Ada miro la hora, en menos de dos horas, sus padres, estarían recogiéndola para ir a la cena de graduación de Ava, su hermana pequeña.

Volvió a bañarse, intentando relajar sus músculos y una vez afuera, se arregló para el evento.

sᴏᴍɴᴜᴍ ᴇxᴛᴇʀʀᴇʀɪ | ᴘɪᴛᴄʜ ʙʟᴀᴄᴋ [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora