Capítulo 41

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—¿Pero qué...? —no encuentro palabras, y mientras yo permanezco estática, Eren se abalanza sobre él, colocándose encima, con sus brazos a ambos lados de su cuerpo y comienza a llorar y gritar desesperado.

—¡Armin! ¡Armin, respira! —escucho pasos a un lado, y al girarme encuentro a Mikasa, con sus ojos llenos de lágrimas—. ¡Sí! ¡Sí! ¡Armin respira de nuevo! —puedo escuchar su respiración lenta y débil—. ¡Ánimo! ¡Inspira más!

—Armin... —la voz de Mikasa suena terriblemente dolida.

—¡Capitán, inyéctele el suero! —Eren se gira hacia él.

Levi rebusca en sus bolsillos, con parsimonia.

—Levi... —mi voz suena suplicante hacia él.

—¡Convirtámoslo en titán y hagamos que se coma a Bertolt! —continúa Eren, cogiendo el cuerpo inerte y mutilado del mismo—. ¡Rápido, deme la jeringuilla, por favor!

—Sí —él saca por fin la caja negra, y por algún motivo, Mikasa reacciona, y lanza una bengala roja.

La ignoro, y veo como Levi acerca la caja hasta la mano de Eren, despacio, y un golpe fuerte suena.

—Capitán Levi, por fin lo alcanzo —me giro hacia la voz, y encuentro a Floch, con Erwin a cuestas—. El comandante Erwin está herido de gravedad. Tiene el estómago abierto y los órganos dañados. ¡No deja de sangrar! —él toma aire—. Pensé que podríamos usar la inyección. ¿Es posible?

Todos nos quedamos en silencio, y el único ruido es el de la respiración débil de Armin. Levi permanece quieto unos instantes más, hasta que dobla su brazo, apretando la caja negra contra su pecho.

—¿Capitán? —Eren parece confundido.

Levi no le responde, y se encamina hacia Floch, ayudándolo a acercar el cuerpo de Erwin, y tumbándolo. Pone una mano frente a su boca.

—Aún respira —dice despacio, y retira su mano—. Aún está vivo —nos quedamos en silencio de nuevo, hasta que se pone de pie, mirando la caja—. Se la inyectaré a Erwin —sentencia.

—No... —digo, y Eren se pone en pie, muy cerca de él.

—Antes dijo que la usaríamos en Armin —habla él con tono amenazante.

—Elijo a quien salvará la humanidad.

—Eso no es justo —digo poniéndome en pie yo también.

Oigo el sonido del metal rozando, y me doy cuenta de que Mikasa ha desenvainado una de sus espadas. Le hago un gesto con la mano para que no avance, no me gusta como se está poniendo esto.

—Escuchad —dice Levi—. ¿Sois conscientes de lo que estáis haciendo? ¿Me pedís que deje morir a Erwin, el Comandante del Cuerpo de Exploración?

—Sí —digo sin titubear, y él me mira, pero no responde.

—No hay tiempo —dice—. No os entrometáis —intenta avanzar, pero Eren sujeta la caja, por encima de su mano, apretándola con fuerza.

—Vamos a hablar tranquilamente —digo, tratando de calmar el ambiente.

—Eren, olvida tus sentimientos personales —dice él, todavía ignorándome.

—¿Sentimientos personales? —reprocha Eren.

—¿Qué harías si fuera yo la que estuviera en el lugar de Armin? —pregunto, él me mira—. ¿Olvidarías tus sentimientos personales? —no responde, pero no es necesario, sé bien cual es la respuesta.

—¿Por qué no me dio la jeringuilla de inmediato? —pregunta Eren.

—Porque pensé que Erwin podría seguir vivo —le responde.

La oportunidad de besar tus labios (Levi y tú) [ COMPLETA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora