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Las agresiones se detuvieron, pero las preguntas no. Ocasionalmente, vio a Minho entrar y salir de la escuela, a veces no lo veía salir, otras veces lo veía entrar demasiado temprano. Probablemente preso de alguna variación del Síndrome de Estocolmo, Hyunjin se encontró a sí mismo esperando que apareciera de la nada para empujarlo contra los lockers o besarlo en algún cubículo, pero ninguna de esas cosas sucedió.

Es el último día del penúltimo día de clases cuando hay un indicio, convencido ya el rubio de que sería mejor no verse las caras de nuevo, ni para pelear o para follar (aunque eso sonara tan raro). Pasando por el estacionamiento como nunca acostumbra y con la necesidad apremiante de hacer tiempo antes de llegar a casa y encerrarse en un libro, pudo ver a Han Jisung en su motocicleta, con un bonito chico al que ubica como Felix sentado en su regazo, riendo ambos como si estuvieran solos en el mundo, compartiendo besos castos y Lee rodeando su cuello con sus delgados brazos. Obligatoriamente debía pasar por ahí, así que decide hacerlo rápido y mirando a cualquier otro lado.

-Hey, tú. -lo llama y el rubio siente que se le va el color del cuerpo. -Hwang, ven un momento.

Era correr o morir, de eso está seguro pero no le responden las piernas, ni siquiera el primer impulso de salir corriendo supuestamente llevado por el miedo funciona en sus sistema. Las botas de Han se escuchan sobre el asfalto, cada vez más cerca su inminente destino.

Tendría un epitafio patético, una corta vida. No terminó de ver My Hero Academia, tampoco Haikyuu ¿¡Quién se quedaría con sus mangas de The Promised Neverlad?!

-Oye. -lo voltea, una mano sobre su hombro y Hwang se encoge esperando el golpe que nunca llega. -Ahg, no voy a hacerte nada, idiota. -rueda los ojos, el sol brilla a su espalda resaltando su cabello azul. -Escucha, no sé qué tiene Minho últimamente que le ha dado por hacerse el buen estudiante y eres el último que habló con él. ¿Sabes algo?

El rubio seguramente tiene los ojos brillantes de escuchar su nombre cuando niega con la cabeza. -No, él se fue después de que... - miles de escenas en retrospectiva inundan sus pensamientos y el calor le sube hasta por las orejas. -le di el proyecto, no sé nada más. -¿Está estudiando?

Jisung asiente, pensativo y mirando algún punto al frente. -No hace nada más, incluso en las noches se queda en la biblioteca ¡Está completamente loco!

El más alto reprime una sonrisa y agradece mentalmente el dato del paradero del mayor. -Yo, lamento no poder ayudar más...

-Está bien. - sorpresivamente, le palmea el hombro con poca fuerza. -Oye Hwang, te debo una disculpa.

-¿Eh?

-Una disculpa, por todo. -se encoge de hombros. -¿Ves a ese hermoso príncipe de ahí? Es mi chico y me ha enseñado un par de cosas sobre respeto y tolerancia y mierdas de iglesia, ya sabes. -Jisung sonríe. -De verdad espero que me perdones algún día, eres un buen chico, amigo.

El rubio asiente, realmente abrumado y sorprendido. -Yo, si, no importa... -enfoca rápidamente al pelirrojo sobre la moto quien observa la escena desde lo lejos, sonriendo orgullosa de su novio. -Es muy lindo, cuídalo mucho.

-Claro. - le sacude el cabello con diversión. -Ten una buena vida, Hwang.

-Igualmente...

-Igualmente

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夢を: ♡ 𝗿𝘂𝗱𝗲 𝗯𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora