💌Capítulo 02💌

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—Quería pedirle una explicación a ese imbécil

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—Quería pedirle una explicación a ese imbécil. Déjame ir —me reclamó Samantha sacudiendo su brazo, con el afán de soltarse de mi agarre —. Todo lo que publica esa página siempre termina siendo verdad. No pienso ser el hazmerreír.

—Es mejor que te calmes y respires —le aconsejé seriamente fijando la mirada directamente a sus ojos.

  Irónico. Era la palabra perfecta que describía mi situación: Yo también quería partirle cara a ese idiota, y que me entregue explicación alguna. No creo que el administrador de la página se haya enterado así de la nada; él y Penny —la mejor amiga que he tenido en mi vida— son los únicos que conocen de esta situación. A decir verdad, Penny es de quien menos sospecho.

  —No me voy a calmar. Quiero que sienta toda mi furia.

  Puse los ojos en blanco ante el cansancio de su desesperación. 

  —Samantha... ven, siéntate —le dije cuando llegamos a unas banquitas. Ella obedeció a regañadientes —. ¿Por qué simplemente no lo dejas? Él te está haciendo mucho daño —le recomendé con toda mi sinceridad y mi corazón.

  —No lo pienso hacer, y no trates de convencerme. Es mi vida, no tiene porqué importarte —Se puso en pie y se fue a quien sabe dónde. 

  No puedo abrirle los ojos a alguien que no es consciente que debe abrirlos.

  Para no darle mucha prioridad a este asunto, opté por ir a comprar algo para comer. 

  Por un lado, me sentía totalmente miserable por ser una amiga hipócrita: Rodrigo me lastimó por ser amiga de ella, ya que yo afrontaba todos los problemas que ella misma ocasionaba; por lo tanto, una parte de mí, quería que sufra lo mismo, pero la otra, quiere que vuelva esa amiga leal que yo solía ser...

  Por un lado, me sentía totalmente miserable por ser una amiga hipócrita: Rodrigo me lastimó por ser amiga de ella, ya que yo afrontaba todos los problemas que ella misma ocasionaba; por lo tanto, una parte de mí, quería que sufra lo mismo, pero ...

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   Cuando sonó la campana de fin del receso, traté de apresurarme al comer la empanada que me había comprado. Corrí al salón lo más rápido que pude, pero al llegar solo estaba Samantha sentada atrás del sitio de Raquel, con esa particular expresión de haré que esa persona se arrepienta de haberme conocido . Mi otra amiga tranquila, Melany, estaba muy ocupada tecleando algo en su teléfono. Dudo que se haya dado cuenta de que Sam posiblemente esté tramando su próximo ataque.

P.D. Simplemente te amo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora