⠀⠀Taehyung nunca ha sido realmente bueno para llevar citas a cabo. Su historial de dichos eventos es tan largo y ridículo que resulta un tanto irrealista. Su mejor amigo, Jungkook, de quien ha estado enamorado en el pasado, le acompaña en el mismo c...
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Planeamos una segunda cita —esta con la intención de ser perfecta— para la siguiente semana a aquel estrepitoso acontecimiento. Si bien no estaba totalmente alegre con la situación conseguí sentirme cómodo al respaldarme en el hecho de que Jungkook, a pesar de ser quien al inicio se encontrara en peor situación emocional, estaba más vivaracho que nunca; haciendo aquellos comentarios que no venían a cuento y haciendo sus informes diarios de cómo iría nuestra relación según hablaba la magia de los astros y todo esas cosas que seguía sin comprender.
Me relajé lo suficiente como para querer adentrarme en aquella situación y ser capaz de equiparar si ese nerviosismo que provocaba cosquilleo en las yemas de mis dedos y un trabajo extra en mis glándulas sudoríparas era el mismo que sentí en su momento cuando era plenamente consciente de que estaba coladísimo por Jungkook.
Y estando relajado, comencé a desesperarme. Ansiando con más y más fuerza que finalmente llegara el día en el que tomáramos cartas en el asunto, dejáramos en claro qué estaba ocurriendo entre nosotros y, de alguna forma, coloquemos un punto final a todo esto.
¿Recuerdan que en algún momento mencioné tener mala suerte en cualquier aspecto de mi vida? Especialmente cuando se trataba de citas, sí. ¡Jungkook me llamó alrededor de las siete de la tarde para avisarme que debíamos cancelar nuestra salida! Había tenido un problema familiar y debía viajar a Busan de emergencia ya que su tía se encontraba gravemente enferma.
Evidentemente no puse quejas en ello y le pedí que por favor mantuviera la calma y me hablara cuando tuviera un tiempo para informarme de la situación, aclarando que nuestra salida especial quedaría para otro día, así evitaba preocuparse por aquello. No me molestaría por un altercado así y simplemente intentaría relajarme, devolviendo la ropa que había seleccionado para ese día a su sitio en el armario.
Quizás fue un baldazo de suerte que me cayó encima con una hora de antelación. Ahora me quedaba el resto del día libre y tenía la sencilla posibilidad de recostarme en mi cama a ver el techo mientras en mi portátil se reproducía una película seleccionada al azar con el único propósito de interrumpir el silencio en el que quedaría sumergido al concentrarme en sobreanalizar la situación una vez más.
Estaba deseando retomar mi trabajo en la tienda para poder evitar pensar de más en Jungkook, porque lo cierto es que la situación me estaba consumiendo más de lo que me habría gustado y solo pude distraerme de todas las negativas cuando el mismo rubio que me mantenía aferrado a ellas hizo sonar mi celular al enviar una foto de él haciendo un mohín, según sus palabras, tal acto se debía a que no nos veríamos en unos cuántos días.
Todo se había tornado extraño con tan solo una confesión de unas pocas palabras: Se desataron miles de dudas y cientos de recuerdos que creí olvidados, pero allí estaban por más que no lo supiera, completamente listos para salir a la luz y provocarme un dolor de cabeza más agudo, el cual no cesó ni siquiera tomando una aspirina.
