Capítulo; Décimo Q/uinto.

1.3K 155 11
                                    

—Euhemeros ... Nuestra ma... Su madre fue quien contrató a esa mucama. Y durante todo el tiempo en que ella estaba viva, ella fue su mucama favorita.

¿Y? —. Me dijo desesperado por una respuesta.

Esto podría conmocionar mucho a Euhemeros, después de todo, desde hace años que nadie habla de ella delante de esos tres, y Euhemeros era muy pequeño cuando ella murió. Puede que no esté preparado para hablar de ella con normalidad ¿Puedes conseguir un carruaje, por favor? —. Le pregunte a Prince, quién al instante se giró a ver a Euhemeros Tranquilo, estaré bien. La mala hierba nunca muere—. Le sonreí. El respondió con una tenue sonrisa y se marchó corriendo. Yo, tratando de calmarme, tome aire y comencé a hablarle a Euhemeros, esperando que mi pánico pasara inadvertido En su lecho de muerte, me pidió que me encargará de ciertas cosas, parte de esas cosas era cuidar de los sirvientes que estuvieron a su cargo, en especial de Marie.

Fue una simple explicación, con palabras igual de simples, pero con una carga emocional difícil de llevar, incluso para Euhemeros. Incontables silencios interrumpían lo intenso de nuestras miradas, aun así, su confusión era más palpable que cualquier otra cosa.

Así que, ¿Fue por eso? ¿Por qué ella te lo pidió?

Si—. Euhemeros comenzó a tambalearse mientras caminaba en mi dirección y lentamente se sentó a mi lado. Mentiría si dijera que estaba más calmada, pero ahora, lo que importaba más era la seguridad de Euhemeros.

¿Aún recuerdas sus ... —. Tomó aire, estaba entre sofocado y angustiado Aún recuerdas lo que te... decía? —. Parecía que en cualquier momento rompería en llanto.

Cada palabra—. Dije lentamente y con mucha nostalgia Puede que ella ya no esté, pero yo... Planeo cumplir sus deseos hasta el final.

No, yo... No puedo más con esto—. Sus manos cubrieron su rostro y guardo silencio durante largos minutos.

Está bien—. Le dije al cabo de unos minutos. Solo pude escuchar lo que pareció una frase: "¿Qué cosa?" Pero entre sus suspiros y congestiones no pude distinguir muy bien Que te sientas así—. Saqué mi pañuelo y se lo ofrecí, pero antes de que lo viera apareció Prince increíblemente rápido.

Nos guío a un carruaje muy discreto que estaba a unos metros. Euhemeros parecía moverse por instinto, como un sonámbulo. Bastó solo con mirarlo para que caminara con la cabeza gacha, abriera la puerta, y volviera a cubrir su rostro.

Nena, este es mi carruaje personal, así que estarás segura en el—. Me sonrió pícaro.

Vaya, no sabía que ahora hasta los ladrones tenían carruajes personales.

Solo los más talentosos tenemos.

Cualquier tablón con ruedas es un carruaje. Dicen que las cosas se parecen a sus dueños, pongamos a prueba la calidad de este curioso artículo.

¿Debo preocuparme? —. Se giró a ver a Euhemeros quien se subió apenas vio que era el carruaje que indicó Prince.

Necesita unos minutos solo, pero ¿Ahora somos así de cercanos?

Es lo mínimo que te debo después de ese golpe. Lo siento.

Mi destino como Villana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora