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- ¡Alice! - gritó Riley por cuarta vez.

Me removí en la cama y me cubrí más con la sábana.

- Vamos Ali, se nos hace tarde - cuestionó la misma pero esta vez sin gritar - No es mi culpa que te hayas quedado despierta hasta tarde.

Y tenía razón, era el primer día de clases del segundo año en la universidad y yo un día antes decidí quedarme despierta hasta tarde para poder terminar de leer ese libro que había conseguido en la biblioteca aquél día.

Abrí los ojos y agradecí que Riley no haya abierto las cortinas de las ventanas porque estas iluminaban demasiado la habitación.

Me levanté y a regañadientes fui directo al baño, hice mis necesidades, me cepille los dientes y me duché.

Al salir del baño, en el cual duré menos de 30 minutos, le eché un vistazo a Riley, la cual estaba metida en su teléfono; fui a mi armario para escoger mi outfit de hoy.

No era un día caluroso, al contrario, estaba fresco, por ahora.

Por ello me decidí por ponerme un pantalón negro, una camisa manga larga color gris, mis vans negras y una sudadera negra.

Dejé mi cabello suelto puesto que lo había lavado recién y no me maquillé, solo un poco de brillo labial para que no se me resequen los labios.

Tomé mi mochila y le hice una seña a Ry para que nos fuéramos.

Riley Cooper es mi mejor y gran amiga, nos conocimos en la secundaria y aunque al principio no nos llevábamos muy bien terminamos siendo inseparables.

Es rubia con tez tostada, ojos grises muy claros, tiene estatura promedio, y un cuerpo tallado por los mismos dioses, viene de familia adinerada pero es muy humilde con quien lo es con ella.

Caminamos hasta las escaleras y descendimos por ellas a paso relajado, había visto la hora y no íbamos tan tarde.

Riley iba metida en su teléfono y yo revisando mi horario de hoy.

Cruzamos todo el campus universitario y nos adentramos al edificio donde estaban las aulas, habían montones de estudiantes por todo el pasillo y sus alrededores.

Era obvio, ya que era el primer día del nuevo semestre.

Me dirigí hacia mi casillero y metí todos los libros que cargaba en la mochila, no los iba a utilizar todos al mismo tiempo después de todo.

- Ali ¿Qué clases te toca hoy? - me preguntó Riley desde su casillero, a dos del mío.

Le mostré el horario y ella asintió.

- Bien, a mi me toca Mercadotecnia, iré antes de que el profesor Hudson no me deje entrar - reímos levemente por eso, asentí y ella se fue hacia su salón.

A mí me tocaba Derecho Romano II, algo aburrido pero necesario para mi carrera.

Terminé de arreglar mi casillero con mis libros y me fui directo al auditorio donde veía mi clase mencionada.

Entré y me senté en todo el medio, ni tan abajo ni tan arriba.

Habían muchas caras conocidas y varios nos saludamos con una sonrisa.

- ¡Qué hay Al! - me saludó Scott, uno de mis mejores amigos.

Le sonreí y lo abracé, tenía meses sin verlo, se fue a Los Angeles a pasar sus vacaciones junto a su familia.

Seguía igual que hace unos meses, cabello negro, ojos cafés oscuros, su piel bronceada por el sol, alto y su cuerpo seguía tonificado, quizás siguió con sus entrenamientos en las vacaciones.

BauerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora