Llegué a mi habitación y al parecer Ry no llegaba aún, fui directo al baño luego de dejar mi mochila encima de mi cama.
Me ví la mejilla en el espejo y la tenía muy roja con un pequeño raspón en el medio, al tener la piel tan blanca se notaba a kilómetros.
Busqué el botiquín de primeros auxilios y me dedique a limpiar mi pequeña herida.
Salí del baño cuando terminé, cogí mi celular de la mochila y salí de nuevo de la habitación.
Iba a ir a una cafetería cerca de la universidad, una que frecuentaba anteriormente, quería llamar a mamá y a mi hermana, tenía dos semanas que no sabía de ellas y allí podría hacerlo tranquilamente.
Salí de la habitación cerrando detrás de mi y me encaminé a mi destino, iría caminando ya que no quedaba muy lejos del campus.
En el camino iba tan metida en mis pensamientos que sin querer choqué con el pecho de alguien, alguien muy alto.
Subí mi mirada y me encontré con unos ojos azules muy claros e intensos, a los cuales no pude mantenerles la mirada.
Me aleje un poco de él, y me impresionó aún más su color de cabello y su tono de piel, su cabello era casi blanco y no parecía para nada a una decoloración y si era así fue a una peluquería muy buena. Su piel era igual o más blanca que su cabello, salí de mi pequeño trance, asentí con mi cabeza levemente, iba a rodearlo para seguir con mi camino pero su voz me hizo detenerme.
- No me pediras disculpas por andar de distraída y haber chocado conmigo? - su voz era profunda y ronca y tenía un tono burlón, se me erizaron los vellos del cuello.
Le señale mi garganta a ver si entendía el por qué no había dicho nada.
Frunció levemente el ceño y ladeó la cabeza, luego de un milisegundo asintió y siguió con su camino sin decir nada más y yo seguí con el mío llegando así a mi destino.
Entré a la pequeña cafetería y el olor a café recién hecho inundó mis fosas nasales.
Amaba el café recién hecho y su exquisito olor.
Fui a una mesa para dos ya que las individuales estaban ocupadas, me senté y esperé a que vinieran por mi pedido, mientras iba a llamar a mamá.
Marqué su número en una videollamada y a los 10 segundos o más respondió.
En la pantalla apareció mi mamá con una sonrisa, la cual devolví.
- Mi pequeña Ali - dijo mamá con ternura.
Le sonreí aún más y seguido de esto me invadió con muchas preguntas, sobre cómo estaba y como me había ido en la universidad hoy, entre otras.
Estuvo hablando durante vario rato y yo solo asentía o negaba con la cabeza.
- Que te pasó en la mejilla Alice Mariett? - me preguntó mamá elevando un poco la voz, pero preocupada a la vez.
Negué levemente con la cabeza para que no se preocupara de mas e hice un ademán con la mano.
Ella suspiró y asintió no muy convencida, relamió sus labios lentamente y me preparé mentalmente para lo que venía a continuación.
- Tu padre me llamó - soltó de repente, subí un poco mis cejas algo impresionada por lo que me dijo y a los segundos las fruncí notablemente - Me dijo que te ha llamado y que no le contestas ni los mensajes, es cierto Ali? - preguntó queriendo confirmar las palabras de mi padre.
Asentí y abrí la boca para hablar pero la cerré rápidamente.
- Oh mi pequeña Ali, no llores - no me había dado cuenta del momento en el que comencé a llorar, me limpié la mejilla que no tenía lastimada e hice una mueca por el ardor ligero que sentí en la otra mejilla por el agua salada que pasó por ella.
Negué levemente - Estoy bien mamá - susurré tan bajo que pensé que ella no me había escuchado, pero si lo hizo y lo comprobé al ver la gigante sonrisa que adornaba su rostro, se la devolví y con la mano me despedí - Besos y saludos para Allyson - susurré de nuevo y corte la videollamada.
Suspiré y me limpié bien las mejillas con una servilleta.
Al rato trajeron mi pedido el cuál era un café americano y galletas.
Estaba disfrutando de mi café y logré mi cometido, el cuál era relajarme, luego de pagar salí del establecimiento pensando en muchas cosas, y una de ellas era el chico pelirrojo que me golpeó con el balón y el peliblanco que me topé hoy, tenían unas características muy peculiares.
Llegué a las habitaciones de la universidad y caminé hacia la de Scott, para pedirle un libro que había dejado en casa y con suerte él tendría otra copia.
Toqué un par de veces en su puerta pero nadie salió, decidí volver después y de regreso me pareció haber visto al chico peliblanco con el que choqué hoy junto con un grupo pequeño de chicos o quizás solo era mi imaginación, sin embargo no volteé a confirmarlo y seguí mi camino.
Al llegar a mi habitación Riley estaba haciendo sus tareas, la saludé con la mano y me metí al baño para ducharme.
Me desvestí y me quedé un rato viéndome en el espejo de cuerpo completo.
En este tiempo había adelgazado un poquito más y estaba más pálida de lo normal, tenía unas pequeñas ojeras muy poco visibles y el cabello muy largo.
Me gustaban mis ojos a pesar de que fueran igual a los de mi padre, negros, muy oscuros, mi cabello igual de negro y liso parecido al de mi madre, había sacado rasgos de ambos y en realidad era muy atractiva; tenía un cuerpo promedio aunque algo delgada pero era muy baja de estatura, aún así tenía mi encanto como decía Ry.
Luego de un rato salí del baño duchada y vestida en una pijama que consistía en un short de chandal y una camiseta a juego.
Riley me contó sobre todo lo que hizo en su día y como le fue en cada momento, me alegraba esta hora del día, dónde mi mejor amiga me contaba todo su día y ella me preguntaba sobre el mío, a pesar de no ser como antes ella trataba lo más posible de hacerlo igual o más genial.
Realicé mis deberes y sin darme cuenta me quedé dormida, soñando con cabellos peculiares y dos pares de ojos extraños.
****
Espero estar despertando su curiosidad, y también espero que tengan mucha paciencia, porque a pesar de que estoy tratando de desarrollar todo rápido para no poner tanto relleno, hay muchas cosas las cuales hay que ir descifrando poco a poco.
Si les está gustando lo poco que he hecho hasta ahora por favor, háganmelo saber por medio de sus votos y comentarios.
Besos.
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Bauer
Teen FictionTras un terrible hecho que deja marcada la vida de Alice Gafner, una chica alegre, bondadosa, poco tímida y humilde; decide viajar a Alemania a empezar una nueva vida, lejos de su triste pasado. En su segundo año de universidad conoce a Emir, Eros...