El mundo ya está repleto de cobardes que lo dejan todo y no se arriesgan, por eso te propongo que hagamos la diferencia. Cambiemos las preocupaciones por aquellos latidos que nos hacen sentir vivos y la satisfacción de por lo menos haberlo intentado.
Aquí estoy sin miedo a equivocarme hasta que nos salga bien, hasta la última puesta de sol y el último segundo de aquella noche sin dormir.
En este momento no aplico la ley de atracción, voy por una más fuerte "ley de la provocación"