Opuestos por Naturaleza || Yami Sukehiro

17

Sucedieron muchas cosas impresionantes en menos de una semana.

Su amiga Vanessa ahora portaba la magia del hilo rojo del destino. Asta había curado sus brazos y ahora se encontraba más entusiasmado que nunca. Descubrió que la pequeña Charmy poseía un gran enamoramiento por el chico del trébol de cuatro hojas. Noelle, Magna, Luck, Finral y Gauche habían crecido considerablemente tanto en lo emocional como en lo mágico. Además...

Yami la invitó a una cita para después del reconocimiento de las mejores órdenes de caballería del año. Se encontraba emocionada, se había peinado en una coleta bastante ordenada con dos mechones que caían con gracia por su rostro.

Ahora mismo se encontraba palmeandose la frente mientras observaba incrédula pero no tanto a un par de poderosos hombres discutiendo por quién vendía más si el puesto de uno o el puesto del otro.

Y esto a ella ya no le causaba sorpresa en nada, se había acostumbrado a las "tradiciones" de ambos capitanes en esos últimos años.

Con compasión observó cómo el capitán de los Toros Negros sujetaba a un quejoso Asta por la cabeza y lo amenazaba con que si no le ayudaba a ganar, le patearía el trasero y lo ofrecería como cena a sus bestias mágicas.

El azabache quien se encontraba vestido tradicionalmente con ropas de su país, la miró con su respectivo semblante mientras calaba de su cigarrillo y soltaba al pequeño musculoso quien aliviado sobó su cabeza de inmediato y ambos dieron mano a la obra.

Después de media hora, ningún subordinado atrajo a clientes por lo que ambos capitanes se encontraban deseosos de terminar las cosas de otro modo.

La chica sabiendo lo que sucedería se apresuró a acercarse hacia los irresponsables hombres con una mueca de desaprobación.

- Será mejor que se detengan, ustedes dos.- advirtió cruzada de brazos dándoles una mirada seria.

Los mayores la ignoraron como todos los años hacían y como todos los años ésta dejaba salir su maná furiosa.

- ¡He dicho que...- comenzó a exclamar sin embargo de un momento a otro sintió el tacto de una mano en su espalda y desapareció de allí dejando las palabras en el viento.

Los hombres se miraron, ambos con semblantes confundidos pero le restaron importancia y volvieron a discutir sobre quien era el más fuerte de los dos, a lo que los llevó a salir de la zona de la capital para llegar a un lugar un poco alejado donde podrían demostrar sus habilidades sin contenerse.

- ¿Qué diablos?.- musitó confusa y desubicada mirando hacia todos lados viendo que se encontraba en una especie de cueva sin techo.

- Por aquí, Lucecita.

La voz temblorosa de una anciana le llegó a sus oídos, obligándola a bajar la mirada para después soltar un suspiro desganado.

- ¿Por qué me detuviste? ¿Sabes el lío que se armará si esos dos pelean en el medio de la capital sin contenerse, Julius?.- cuestionó preocupada y un poco molesta por la actitud irresponsable del mayor.

Una leve luz alumbró el oscuro lugar dando paso a la figura del Rey Mago con una sonrisa divertida frente a ella.

- ¡Quiero ver cuánto han progresado!.- exclamó emocionado alzando sus manos mientras sus ojos brillaban como siempre lo hacían al hablar de magia.

La menor suspiró y negó en desaprobación pero cuando iba a replicar, el poder mágico de su pareja entró al lugar.

Nada más llegar, ambos capitanes comenzaron a lanzarse hechizos de ataque sin contenerse, destruyendo lo poco que quedaba del lugar.

Magia de oscuridad por un lado tragando todo a su paso y la magia de corte intentando destrozar en pedazos al otro. Una vez que ambos llegaron a hechizos de alto poder mágico, se escuchó:

- ¿No deberían de detenerse? Esto es peligroso.- murmuró Asta temblando, quien hasta ahora su presencia había sido pasada desapercibida por los espectadores ocultos.

- *¡Yami Mahō: Yamimatoi Jigengiri!.

- *¡Retsudan Mahō: Desusaisu!.

Dos grandes cortes salieron de los poderosos hombres, el suelo se partió en dos y Christine ya se iba a lanzar a detenerlos sin embargo, la voz a su lado se alzó imponente.

- *Jikan Kōsoku Mahō: Chrono Stasis.

Inmediatamente esferas de un color azul Rey envolvieron a casi todos los presentes, deteniéndolos en el tiempo, incluyendo los hechizos lanzados, menos a la de cabellos rizos que se encontraba bastante molesta por la actitud de ambos capitanes.

- Es cierto lo que dice Asta, sería muy peligroso.- aceptó con tono triste y realizó un puchero.- Corte Dimensional, eh...- murmuró observando a Yami curioso.-...debe de ser un hechizo bastante poderoso ¡Ah, quiero verlo!.- chilló como niño pequeño y la menor ya se encontraba negando en desaprobación mientras se acercaba a él.

- Debe de ser algún nuevo hechizo que aprendió en la ciudad de las profundidades.- espetó mientras se posaba al lado de la esfera que contenía a su amado para observarlo con atención, encontraba bastante chistosa la expresión de ataque con la que estaba congelado, así que soltó una risita.

Escuchó un suspiro de resignación por parte del rubio con lujosos ropajes.

- Será para la próxima.- soltó bajo mientras seguía haciendo puchero. Miró a la chica al lado de él que se encontraba distraída observando al azabache, soltó una leve risita, consiguiendo la atención de la menor.- ¿Te quedarás aquí, Christine?.- cuestionó aún sabiendo la respuesta y aliviado porque él no sería quien recibiría una muy buena sesión de regaños y golpes por parte de la maga de luz.

La chica asintió con una sonrisa maliciosa y se alejó un poco de donde estaban los magos todavía detenidos en el tiempo.

Ah, ya verán lo que les espera por haberse atrevido a ignorar una Kira.- pensó cruzada de brazos mientras los observaba meticulosamente con una sonrisa espeluznante.

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*Magia de Oscuridad: Manto Oscuro - Corte Dimensional.

*Magia de Corte: Guadaña de la Muerte.

*Magia de Restricción de Tiempo: Chrono Stasis.