Jimin se hacía preguntas absurdas con la mirada fija en el techo de su habitación. Tarareaba canciones dándole vueltas vagamente a si ir por sus auriculares sobre su escritorio.
Se giró bocabajo y quedó cabeza en suelo. ¿Que debería hacer?. Quizá ir a darse un paseo por la cocina y con un poco de suerte encontrarse al chico que le jodía la cabeza últimamente.
Unos toques en la puerta lo sacaron de su su ensoñación haciendolo mirar a la misma por un instante. Se levantó de la cama con hartazgo, arrastrando sus pantuflas hasta allá.
Giró la manija con un semblante monótono, pues creía que sería su madre o su padre para darle un largo sermón por las malas calificaciones en la escuela, ¿tan malas?, sí, posiblemente las peores de todo el salón, lo suficientemente bajas como para conseguir que llamen a sus padres.
Sin embargo. La suerte le llegó por si misma. No era ninguno de ellos quien estaba frente a su puerta. Bajó sus cejas atónito al encontrar a YoonGi frente a él.
Se alegró, mucho, estaba feliz de verlo ahí, frente a su habitación. Obviamente no era porque así lo quería, solamente trataba de ayudar a su madre con una pequeña tarea, la pobre mujer debía hacerse cargo de todos los quehaceres de la casa, o la mayoría de ellos. Yoongi se preocupaba mucho por ella, pues era un tanto difícil hacer tantas cosas en un solo día, por lo que después de haber acabado sus tareas optó por preguntar en qué podría ayudarla. Coincidentemente lo primero y único que le pidió su madre fue ir a entregar unas mantas blancas recién dobladas en la habitación del hijo de la familia.
Sabía las consecuencias, Jimin le había demostrado dicha atracción mediante actos, sin embargo él, a pesar de sentir lo mismo no había demostrado tener importancia ante ello .
En la escuela era donde únicamente tenían libertad de hablarse y no lo hacían mucho. Yoongi era demasiado apagado, no tenía amigos, en todo caso, era Jimin quien le dirigía la palabra primero.
—Esto...—habló el recién llegado, evitando su mirada— mi madre no podía venir.
Sin más preámbulos le extendió las mantas entre sus manos. Jimin quería mandarlo todo a la mierda, y lo hizo. De un jalón lo hizo entrar a la habitación, sin siquiera formular palabra agarrando las mantas y lanzandolas a cama.
—¿Q-que haces?, no puedo estar aquí...!.
Jimin por su parte, cualquier palabra que no le pareciera querer escuchar no la escucharía, arrinconó su cuerpo contra la pared mirando directamente a sus ojos. YoongmGi se sentía intimidado, pero en su interior estaba satisfecho. Su persona era terca pero ya era hora de admitir que moría por un momento así. A solas.
—Ya no soporto esto...—habló Jimin perdido en la profundidad de su ojos negros, no le bastó la cercanía quería estar incluso más próximo a él.
—Jimin-ah, debo irme, la señora Park pu— se lo planteó y lo cumplía, en ese momento no quería escuchar ninguna escusa, lo que dijeran su familia, o las pautas sociales.
—Shhh...—susurró mirando sus labios momentáneamente, volviendo a dirigir su mirada a sus ojos —me gustas mucho Yoongi— confesó sin dejar de inspeccionar en el pequeño fragmento de sus ojos y su boca.
Neutral, así podía describirse la reacción de su mayor
—Tú...¿no sientes lo mismo?, ¿esto no te pasa también?
YoonGi quedó bloqueado, había salido de dudas de la forma menos esperada.
—Lo siento, no, no me gustas— intentó salir de ese pequeño espacio en el que su espalda estaba pegada a la pared. Jimin fue más rápido y lo impidió volviéndolo a poner en su lugar.
La diferencia de tamaño no era mucha, ambos podían mirarse a los ojos sin problemas.
—Mírame, YoonGi— sus ojos se encontraron y ambos corazones querían salirse de su sitio. El castaño pestañeó imperfectamente. —repite lo que has dicho
—No me gustas— dijo un poco dificultoso. Inmediatamente cambió la vista otro lugar
—Mentiras— contradijo con seguridad—se que sientes lo mismo por mí YoonGi, no lo niegues.
Jimin tenía muchos puntos a su favor, le decía lo contrario, pero también lo correcto.
—¿Qué te crees que siento exactamente?. Un día me miras con morbosidad y lujuria, y al otro siento que me miras con ojos de cachorro. Decídete, Jimin. Y deja de plantear cosas que no son.
—¡Lo que sea!, admítelo de una buena vez.— le dijo, harto.
—¿Y que si me gustaras?— contestó interrogativamente, tratando de no sonar convincente. Jimin frunció en ceño
—Entonces...¿aceptas que te gusto?
—De ser así.... Entre tú y yo, de todas formas no puede pasar nada. Sabes las reglas. Somos muy diferentes. Tú eres...—suspiró antes de soltar otra palabra. Una carcajada se hizo presente— s-somos la definición de la palabra imposible.
—Aún así....¡Tú eres quien me importa!. mi padre y sus reglas me valen verga ahora mismo
—Pues a mí no. Lo dices porque para ti es más fácil. El simple echo de estar aquí es peligroso. Mi madre se esfuerza mucho por darme lo mejor, no puedo pagarle de esta manera, podríamos quedarnos en la calle —su voz comenzó a quebrarse.
Jimin comenzaba a sentirse culpable, ir en contra de todo e involucrar a Yoongi en ese asunto, solo le traería problemas
—Lo siento Yoongi, yo...
—No te disculpes, solo...olvida todo esto. Jamás sucederá —rendido ante sus palabras bajó la cabeza.
Jimin no se resistió más y unió sus labios con agilidad. Yoongi lo dudó al principio, pero luego cerró los ojos también, dejándose llevar por la rica sensación. Jimin colocó las manos en sus mejillas procediendo a mover sus labios. Poco a poco el pelinegro fue deslizando sus manos hasta sus caderas, en donde dio un pequeño apretón logrando un quejido por el castaño.
El oxígeno se agotó en sus pulmones obligándoles a separarse, entones conectaron miradas un pequeño instante.
—Quédate esta noche.

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Puerta Prohibida (ᴊɪᴍsᴜ) ||+18
Fanfiction𝐀𝐔 𝐉𝐈𝐌𝐒𝐔| Una noche. Dos chicos. Una puerta que no debió cruzarse. Donde YoonGi no puede cruzar la puerta de la habitación de Jimin por el simple hecho de ser el hijo de la empleada. ᳖ ↬YoonGi bottom ↬ JiMin top -contenido adulto. 🔞 🍒᳖ Cré...