Luna Llena

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Mi ansiedad hizo que saliera de mi habitación a las tres de la madrugada así que comencé a caminar por todo Loo Loo Land para calmarla, mire al cielo y me percate que había luna llena, una hermosa luna llena en una noche tan fría y tranquila como esta.

Por alguna extraña razón mis pies me sacaron de ahí hasta caminar por las calles del infierno, si, había uno que otro malhechor merodeando pero sabían muy bien que no tenían que meterse conmigo, la verdad no se porque llegue ahí, ni siquiera debería de estar ahí, pero llegue al castillo del príncipe Stolas, me senté por un rato observando cada detalle del lugar hasta que vi un gran balcón, me pregunte si ese era la entrada a su habitación, así que me dije a mi mismo "¿porque no averiguarlo?", comencé a escalar las paredes con cuidado y de forma silenciosa hasta llegar ahí, efectivamente ese balcón era el de la habitación del príncipe, era fácil de adivinar por los retratos de él pegadas a la pared.

En cuanto note una enorme cama que era cubierta por unas delicadas cortinas decidí asomarme llevándome la segunda sorpresa mas desagradable de mi vida infernal, ahí estaba el príncipe Stolas descansando y a su lado estaba Blitzo durmiendo plácidamente, cerré los ojos mientras mordía mis labios con mucha rabia, a ambos los tenia a mi merced, pude haber aprovechado y asesinarlos pero era obvio que alguna historia romántica les hubieran inventado al encontrar los cuerpos sin vida juntos así que decidí marcharme, apenas me estaba dirigiendo al balcón para irme cuando escuche:

--espera--

Me detuve y gire mi cabeza para ver quien era:

--¿no eres tú el payaso de Loo Loo Land?--

--así es su majestad--

--¿Qué haces aquí?--

--fue un error, eso es todo--

--espera--

Pude sentir cuando coloco su mano en mi hombro:

--¿Qué te trajo por aquí?--

--Príncipe ¿no cree que debería de estar defendiéndose en ves de hacerle preguntas a alguien que entro a su casa sin ser invitado?--

--es obvio que no viniste a hacerle daño a nadie--

--¿Cómo podría saberlo?--

--tu mirada triste lo dice--

--ya veo, su majestad, es mejor que me vaya--

--¿Por qué no me permites escuchar tu melancolía?--

--¿Por qué merecería tal honor?--

--porque todos lo merecemos ya que alguna vez pasamos por eso en alguna etapa de la vida o la muerte--

--solo quiero preguntarle algo--

--claro, dime--

--¿ama al inquilino que esta en su cama?--

--con todo mi corazón ¿Por qué lo preguntas?--

Guarde silencio ante esa pregunta mientras evadía su mirada pero de nuevo lo mire con la pregunta que me hizo:

--¿acaso tú también le amas?--

--su majestad, los dos tuvimos un pasado juntos pero eso quedo atrás...quedo en el pasado...y mientras lo tenga a usted con eso me basta y sobra porque...--

De inmediato lo tome del cuello de su bata mientras trataba de cambiar las facciones de mi rostro para intentar amenazarle:

--¡va a necesitar mucha ayuda psicológica después de que destrocé cada agujero y cada parte de él hasta hacerlo gritar como la maldita zorr* que es ya que deseara estar muerto!--

De pronto una bala se interpuso entre los dos, mire hacia la cama de Stolas, ahí estaba Blitzo apuntándome con su arma:

--¡aléjate de Stolas, perr*!--

--¡jajajajaja, solo por esta ocasión te dejare ganar! ¡Blitzo! ¡vete preparando que tu fin se acerca! ¡con su permiso, majestad!--

Hice una reverencia hacia Stolas, me subí al borde del balcón y salte para escapar de Blitzo, pude oír claramente unos tres balazos detrás de mi, mire hacia el balcón y pude ver como Stolas le bajaba la pistola a Blitzo con su mano como señal de que se detuviera, tal vez sea lo mejor, que estén juntos, y espero que el príncipe lo proteja muy bien de mi.

Confesiones EmbriagantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora