CAPITULO ÚNICO

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Los esposos Park se encontraban cenando en la mesa, exactamente a las 8

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Los esposos Park se encontraban cenando en la mesa, exactamente a las 8.00pm, a la misma hora que lo hacían todas las noches desde hace 5 años. Era miércoles, la cena de los miércoles era siempre la misma. De hecho, toda las comidas eran las mismas dependiendo en que día de la semana se encontraran.

Cualquiera podría pensar que el hecho de que tuvieran un menú tan simple, controlado y repetitivo era culpa de Ryeowook, pero no, en realidad, el señor Park, era cocinero, uno muy bueno, valía la pena decirlo. El problema en realidad era su esposo HyungSik, quien tenía como profesión la de actor, era un actor muy bueno, pero dramático y exagerado, ya que no le gustaba comer cualquier tipo de comida ya que tenía que cuidar bien su aspecto porque así lo requería su profesión. A HyungSik le gustaba mucho cuidar su dieta y la de su esposo, por lo que había hecho un menú de comidas para cada día de la semana, donde le decía a Ryeowook que debía cocinar en el desayuno, que preparar en el almuerzo y con que terminar la cena, de esta manera, se aseguraba que día a día ambos consumieran los alimentos que se requiere. El castaño solo era libre de cocinar los platillos que quisiera un día a la semana: Los domingos, y no todos los domingos, era un domingo sí y uno no, aquel día de la semana que su esposo llamaba "el día de los excesos".

Luego de terminada la cena HyungSik se acercó hasta él, escondiendo algo detrás de su espalda.

- Cierra los ojos, tengo una sorpresa para ti.

- ¿Qué será? - Decía el castaño, llevándose ambas manos sobre los ojos.

- Ya verás... Eh, no hagas trampa - Dijo su esposo al ver que el muy lentamente iba separando dos dedos que cubrían su cara, para lograr obtener un poco de visión - Listo, ábrelos.

El chico se quitó las manos de la cara y abrió rápidamente sus ojos, posando sus lindas pupilas color café sobre una pequeña caja abierta, de color vino, que tomaba su esposo entre las manos.

- HyungSik - Decía sin salir de su asombro - Es hermoso, tú.. No debiste

- Claro que sí, sé cuánto te gustan los collares, así que pasé por una joyería y compré estos para ti.

- De verdad gracias amor - Tomó la caja, se quitó rápidamente la bufanda que llevaba puesta y se puso el collar que su esposo le había regalado, era un collar de oro en forma de jirafa con brillantes alrededor - ¿Cómo se me ven?

- Te ves precioso, como siempre - Se acercó hasta él y le dio un beso en los en la frente.

- Han debido valerte una fortuna.

- No si comparamos el precio con lo que tu vales para mí - Le sonreía muy tiernamente - Te amo Ryeowook.

El castaño se limitó a devolverle la sonrisa, mas no así "él te amo", gesto que su despistado esposo pasó por alto.

Dos horas después de aquella escena, HyungSik se encontraba plácidamente dormido del lado izquierdo de una gigantesca cama. A su derecha se encontraba un espacio vacío, arrugado, y todavía con rastros del perfume de Ryeowook, quien hasta hace unos pocos minutos se encontraba a su lado, pero ya no, ahora estaba parado frente al espejo, con ropa de salir, dando unos últimos retoques a su maquillaje.

EL MALO QUE NO DEJAS DE QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora