Muja Kina

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Capítulo muy pero muy corto :'( creo que a lo mucho serán 500 palabras o menos.

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-Muja-

Taro regresó el día de hoy, en verdad se encuentra muy enfermo y es mi deber ayudar a que recupere su salud.

Debo admitir que es un chico bastante atractivo y él parece estar muy agradecido con mis cuidados, me llena de felicidad.

Pensé que el se recuperaría con un día o dos de tratamiento pero el aun parece estar mal, hoy miércoles el se ve mucho mejor pero de todas formas siento que debo seguir cuidándolo.

Mis torpezas evitaron que pudiera ayudarlo como se debía pero al parecer a él le gusta que sea torpe, parece ser alguien que no juzga a otra persona por errores o accidentes.

Al día siguiente...

Taro regresaba por una consulta, está mejorando pero de todas formas su fiebre no se detiene a menos de que tome pastillas, me preocupa mucho que se vuelva dependiente a ellas. Él ahora se encuentra durmiendo en una de las camillas, mencionó que por las noches se le dificulta dormir.

Los minutos pasaban y el momento para que las clases comiencen estaba cerca, Taro se levanto y, como en cada mañana, agradeció mi ayuda.

Cuando el se fue pasaron al rededor de 5 minutos y una chica pelinegra entró a enfermería.

-Buen día enfermera -saludó

-Buen día jovencita, ¿necesita ayuda?

-Si, verá... -ella lucía preocupada- mientras preparaba unos bocadillos en el club de cocina me corté por accidente el dedo.

-Oh... acércate -la jovencita se acercaba con una bandeja de bocadillos en mano- deja eso en mi escritorio y siéntate en la silla.

Me acerqué a una de las repisas y tomé lo que necesitaba para ayudarla con su herida.

-No te dolerá -tomé con delicadeza su mano y comencé a desinfectar la zona del corte.

-Gracias.

-Ahora la curita -cubrí la herida con el objeto- ¡Listo! dijo con una sonrisa.

-¡Usted es la mejor! déjeme agradecerle con un bocadillo por favor.

-Gracias.

Que amable forma de agradecer, tomé uno de los bocadillos de fresa y lo llevé a mi boca,

-Estuvo... delicioso -el gesto fue amable pero ella no nació para la cocina.

-Sé que no soy buena en la cocina, lo lamento mucho.

-No te preocupes, ahora regreso.

Salí con rapidez de la enfermería y comencé a correr hacia el baño más cercano. Ingresé con rapidez y entré al primer cubículo que vi. Me arrodillé y sujeté mi cabello por detrás, me apoyé y comencé a vomitar, ¿qué tenía esa cosa?

Estoy segura de que más tarde me dará hambre porque estoy devolviendo incluso mi desayuno...

Sentí una mano en mi cabeza, aplicó fuerza sobre mi y me hundió en el agua del inodoro, intenté poner fuerza pero mi esfuerzo fue en vano. Quería gritar pero simplemente fue imposible, el agua entraba a mi boca y nariz, comencé a tragar el agua y con ayuda de mis brazos intenté levantarme pero nuevamente fue imposible.

Lentamente dejaba de respirar, mis ojos derramaban lágrimas y de un momento a otro mi cabezo comenzó a doler, el oxigeno se me está acabando.

De un segundo a otro, en un abrir y cerrar de ojos, todo oscureció.


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Siendo completamente sincera no encontré inspiración para esta rival, no supe reflejar la inocencia característica de este personaje, intentaré corregirlo más adelante, de todas formas espero que el capítulo haya sido de su agrado.

Gracias por leer. 

Lo que sentí el día de mi muerte (Yandere simulator)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora