69. Celos

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Mateo

La fecha del concierto está cada vez más cerca y mi felicidad está al mil por ciento. Es primera vez que papá me deja asistir a uno, acompañado pero eso no impide que me divierta.

Lo difícil ahora es quién me va a acompañar. No a todos les gusta pero sé que por salir tendré a todos queriendo la segunda entrada.

- ¿Qué les parece crear una cuenta en esa nueva plataforma? - todos me miraron. - Está de moda, con bromas los vídeos quedarían una bomba.

- No está mal. - responde Ryan. - "Los hermanos Miller"

- Ves lo que te digo.

- Emily me había dicho sobre la aplicación, pasa practicando bailes en casa. Una vez salí en uno y pidieron hasta mis redes sociales.

- Lo atractivo lo llevamos en la sangre. - sonrió Liam. - Nuestra frase.

- ¿Cuándo vemos eso de los útiles? No nos queda nada para entrar a las clases.

- Mañana creo, depende de papá y el trabajo. - Ethan se encogió de hombros.

- ¿Soy el único que no quiere entrar? - negaron. - Fantástico.

- Por lo que me contaron Jacob estudia allá, tienes un amigo. - siguió.

- ¿Esas ideas le das? Ni se te ocurra acercarte, después de lo que hicieron...

- Liam no fue su culpa, yo acepté los tragos, no pretendían hacerme daño.

- Pero lo hicieron.

- Yo elijo mis amistades. - me enfadé.

- Pues elígelas bien. - contestó. - A idiotas como esos no mereces llamarlos amigos.

- Déjame tranquilo.

La puerta del auto se abrió y entraron los chicos a sentarse en sus puestos.

- ¡Al fin! - dijeron al unísono y yo me quedé en silencio con la vista en la ventana.

- ¿Fueron a construir de nuevo la clínica? - los mellizos preguntaron sarcásticamente.

- Adivinen a quien le colocaron tres vacunas y se siente de maravilla. – Emily sonrió.

- Mierda, ¿tres?

- Esa boca. – me regañaron.

- Y ahora les toca a ustedes, están dando unas gratis dentro, bajen. – nadie se movió.

- ¿Bromeas verdad? – Liam se puso alerta.

- No, ¿cierto Marco?

- Quiere asustarlos, mejor se abrochan el cinturón.

- Tenías que seguirme el juego. – rodó los ojos. - En fin, no funcionó.

- ¿Muy aburrida la espera? - papá encendió el motor y por el retrovisor sus ojos fueron a mi dirección. - ¿Qué pasó? Te noto raro.

- Nada.

- Silencio todos. - maldecí en mi mente. - Les acabo de preguntar una cosa y quiero que me respondan.

- ¡Nada papá! - insistí.

- Mateo baja la voz que puedo escucharte bien desde aquí.

- Es un estúpido, eso pasa. - Liam se puso los audífonos y apreté los puños.

- Pídele perdón ahora mismo a tu hermano menor.

- No porque...

- Ahora. - subió el tono de voz.

Pequeñas travesurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora