Pov Susana:
Llegamos a L.A. y caía una tormenta de nieve tremenda. Me planteé una pregunta mientras me despedía de Bea y agarraba mi bolsa y a mi niña para salir del aeropuerto ¿a dónde demonios podía ir ahora? Viajé aquí sin pensarlo demasiado, sólo huía de Julian. Así que pensé que lo de dormir en un banco en el parque estaba descartado, por el frío y eso. Pero apenas tenía dinero, ya que huí casi con lo puesto. Empecé a sentir de nuevo el miedo de que no pudiera ni siquiera alimentar a Gabi. Así que decidí salir y buscar algún sitio donde poder pasar la noche, algún albergue que no fuera muy caro, caminé bajo la tormenta hasta que encontré uno. Al entrar, los que estaban allí me miraban raro, yo no vestía como ellos, ni vivía en la calle, pero la cosa no pasó de ahí. Era un lugar que daba alojamiento a gente que vivía al raso y yo ahora era así. Una señora se me acercó y muy amablemente me dijo que si quería comer algo que la acompañara y así lo hice. Me dieron algo de comer y me dijeron que podría dormir allí sino tenia a donde ir. Habían muchas camas en una habitación y cuando me dijeron donde podía, le di de comer al bebé y nos echamos a dormir. A la mañana siguiente debía madrugar para buscar trabajo. Por suerte a la mañana siguiente ya no nevaba y aunque hacía frío, se podía salir a la calle. Hablé con la señora de la noche anterior para preguntarle si sabia de algún lugar donde necesitasen a una sirvienta y sonriendo me dio una dirección.
Sra - Mi hijo trabaja en esta casa como chófer y se que buscan a alguien para las tareas domésticas.
- Muchas gracias por todo. Voy ahora mismo.
Sra - La casa está en el barrio de los ricos, pero se que los dueños son buena gente. En el papel que te he dado tienes las indicaciones para llegar. Suerte Susana. Cuando llegues pregunta por Rico, él es mi hijo - La abracé para agradecerle y salí de allí. Fuimos hasta el lugar que me indicó y cuando vi la casa me quedé de piedra, era enorme. Toda ella estaba rodeada de una gran verja, miré tras ella y vi a un chico limpiando uno de los coches que habían aparcados en su interior. Al verme él también se acercó.
Chico - Hola ¿puedo ayudarte en algo?
- Hola ¿podría hablar con Rico?
Chico - Ya lo haces, yo soy Rico.
- Tu madre me dio esta dirección porque busco trabajo.
Rico - ¿Tu eres Susana?
- La misma pero llámame Su ¿te avisó tu madre entonces?
Rico - Si, ya hablé con mis jefes sobre ti y te están esperando para conocerte.
- Uf estoy nerviosa la verdad.
Rico - No lo estés, ya verás que son muy buena gente - me abrió la verja y al ver a mi niña - ¿ella es tu hija?
- Si ¿no habrá ningún problema porque traiga a un bebé verdad?
Rico - En absoluto, varias empleadas tenían hijos, además a ellos les encantan - Entramos a aquella mansión y Rico entró en lo que parecía ser un despacho, al momento salió y me indicó que entrara, que ya me esperaban. Así que entré a conocerlos.