Aria
Abro la puerta de mi despacho, dejo las cosas y enciendo el ordenador. Justo escucho que pican a la puerta, descarto la opción de que sea Deiton porque él nunca lo haría.
-Adelante.-
Spencer entra alegre con unos cafés en sus manos.
-Buenos días, Aria. Te he preparado un café, espero que te guste.- me dice entregándome.
-Gracias.- le digo.
Entre los dos se forma un silencio incómodo, hasta que Spencer decide romper el hielo.
-Bueno...en realidad lo del café era una excusa para venir a hablar contigo.-me dice tímido.
-De qué exactamente?-
-Pues ya sabes, de lo que hablamos ayer por la noche.- me dice nervioso.
-Ah, es verdad, lo siento, no me acordaba. Cuando te parece bien.- le pregunto.
-Hoy.-me dice rápidamente y con entusiasmo.-Bueno si no te importa claro.- me dice rascándose la nuca nervioso.
-No, de hecho, te iba a proponer lo mismo.-le digo riendo.-A qué hora te parece bien.-le pregunto.
-A las 8 pm y si quieres paso a buscarte a tu casa.-me dice.
-Vale perfecto, pues esta noche nos vemos Spencer.- le digo sonriendo.
-Por supuesto.- me dice saliendo con una sonrisa en la cara.
***
Cuando escucho el timbre, sé que Spencer ya ha llegado a recogerme. Abro la puerta y lo veo parado mirando hacia el suelo. Levanta la mirada, se me queda mirando sorprendido de pies a cabeza.
-Guau, estás preciosa.-me dice saliendo del trance.
-Tú también estás muy guapo.- le digo sonrojada.-Bueno pues vámonos.- le digo riendo.
-Claro.- me dice.
Al llegar al coche Spencer me abre la puerta, para que suba.
-Gracias.- le digo amablemente.
-No las des.- me dice mientras acaba de subirse al coche y arranca.
Llegamos por fin al restaurante, me quedo encantada con lo bonito que es, es super elegante y todos van muy bien vestidos y conjuntados. Al compararme con la ropa de las demás personas me arrepiento un poco de mi elección, ya que a lo mejor no es lo adecuado para este restaurante. Me he puesto esta ropa pensando que sería para una cena de amigos, pero ahora que lo pienso veo a Spencer que va muy arreglado para una simple cena, ya que lleva una camisa abotonada blanca metida por su pantalón azul marino, y lo noto más nervioso de lo normal. Podría ser una cita, si lo fuera no me opondría en absoluto.
Entramos al restaurante y no tenemos que esperar a la cola, ya que Spencer ya había reservado mesa y eso nos daba la ventaja de entrar directamente, nos sientan en una mesa al lado de un ventanal que deja ver las calles del pueblo iluminadas.
- Espero que te guste el sitio, he escogido mi restaurante favorito.- me dice entusiasmado.
- La verdad es que me encanta, nunca había estado en un sitio tan elegante, quiero decir, nunca había ido a un sitio así para una cita.- digo restando importancia al decir la palabra cita.
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Sensaciones entrelazadas
Teen FictionUn accidente de coche cambió la vida de Deiton Anderson convirtiéndolo en un chico roto, sin sentimientos, cruel y con sed de vengarse de la culpable de la tragedia. Cada día Aria Wilson, una chica cobarde, insegura, confiada y muy enamoradiza, se o...