Un bosque, un chico y un sátiro

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Era un día normal de escuela pase frente a la oficina del director luego llegue al aula A-08 por una inmediata casualidad, sentí que no me gustaba ese lugar, me senté tercera fila al lado de la ventana, eran clases de algebra con el Prof. Dickleain un señor ya mayor tendría unos 81 años y aun seguía dando clase, admire su valentía durante muchos años, ser profesor no es una tarea fácil. Empezaba colocando un problema, decía con el típico tono de voz dictatorial que tenia:

x2 – 1 es una diferencia de cuadrados se puede reescribir como:

X2- 1 = (x)2 - (1)2

Diferencia resta

            Así seguía hasta colocar un total de 20 problemas cada uno más complicado que el otro, Paolo era el único que le contestaba a sus preguntas quizás por eso era la única persona con 10 en todas las clases, se le hacía enteramente muy divertido el conversar sobre operaciones matemáticas, parecía alguien sobrenatural, condicionalmente, con la agilidad que hacia los problemas nadie entendía que había hecho, lo cierto era que al final el problema estaba resuelto y el profesor satisfecho de que alguno de sus estudiantes entendiera lo que él decía a la perfección. Me parecía alguien demasiado ostentoso y creído y si también coincidía con los demás que él no era humano, debía ser el único capaz de realizar todas las tareas en menos de 15 min… Si debía ser algún tipo de monstro con forma humana… eso debía ser, imposible me decía a mi misma imposible repetía; o al menos eso creía yo.

Pocas personas le prestaban atención, yo era una de ellas; se me hacia mejor divagar sobre el porqué debería yo quedarme en este pueblo que no tenía nada interesante… Miraba a la ventana y veía las gotas de lluvia caer, simplemente deseaba ser el viento que rozaba el cuerpo, ese ser existente mas no visible algo en lo que todos creyeran, pero sabia razonablemente que eso no iba a ser posible.

Once de la mañana sonó el timbre hora de retirarnos, por fin exclame con tono de alivio, me dispuse a alejarme de ese lugar que durante toda la clase me había hastiado, salí al estacionamiento me monte en el carro y fui al bosque Nakina dicho bosque me producía un estado de tranquilidad total camine por entre los árboles y me tendí sobre el suelo pensando en los extraños caminos que tenia por recorrer en el bosque, divisaba una entrada a lo lejos entre los árboles, pero esos árboles eran algo robustos grandes y con un extraño poder de atracción hacia ellos, me levante acomode mi cabello y me sentí en una encrucijada de entrar o no allá; observe la hermosa naturaleza, las gotas de agua me caían encima estaba a punto de quedar empapada, me pare y me dirigí a la entrada para saber que se encontraba por allí, conocía ese bosque hace años y no me había percatado de dicha entrada, me acercaba cada vez y sentía como si algo me llamara por  ese camino, quitando malezas, seguía caminando me tuve que agachar para poder seguir

–Pensé- cuando llegue a casa llena de sucio y mojada mi madre me matara

Alcance a ver que el camino terminaba a unos pasos más, ya me podía levantar mire detalladamente y era como si en ese lugar del bosque no lloviera todo era tranquilo los arboles no se veían tristes más bien se veían contentos parecía que sonreían, no, no eso era insólito no podía ser cierto que los arboles sonrieran; mire más de cerca y observe que había un roble y de él parecía pegada una hermosa mujer de cabello verde y piel bronceada, me acerque y intente hablarle pero ella solo acariciaba su árbol tenía una mirada apaciguadora, hable con un tono más ameno para ver si me escuchaba la salude e intente preguntarle que donde estaba, más ella me miro y alcanzo a decirme nada mas:

Soy Itaque la driada de este roble, vuelve luego, -su voz se perdió en el roble ya que se metió en el-, frote mis ojos y me dije a mi misma debo estar soñando…

Abrí nuevamente los ojos con la intención de despertar en casa, pero no, seguía estando allí quería volver al bosque Nakina así que, seguí investigando el bosque con un pequeño temor, a esta altura otra criatura de estas ya no me daría miedo supuse… observe y vi una imagen acercarse, me gustaba lo sobrenatural así que reconocí que era una naga espíritu que se veía aproximarse muy rápido corrí lo mas que pude tropezando con todo lo que se me ponía enfrente claro tropezaba mas no caía, vi que casi a menos de 50mts estaba una especie de cueva, entre y me escondí lo mas que pude al cabo de un rato salí a ver qué sucedía la naga había desaparecido y acababa de ver un chico musculoso con unos hermosos ojos color café, me asombre al ver a aquel guapo chico usando un taparrabo y una especie de cuerda en el cuello, no más ni menos, quise sonreírle más entre mas se acercaba más me parecía que me iba a comer con su mirada, se abalanzo sobre mi preguntado quien era,

La Cazadora #WattWinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora