Que más te da,
si yo mando en tu corazón,
nada vas a poder hacer,
para sacarme de tu mente,
y de tu corazón.
Cometiste un error al querer olividarme.
Ahora mando en tus pensamientos.
Todo te recordará a mí.
No podrás hacer nada.
Porque en ti me instalé.
Querrás volver para dejar de sufrir.
Pero te diré que no.
Sufrirás por tenerme como yo tanto lo quise. Y no pude.
Sabrás que sentí todo este tiempo por ti.
Y sufrirás.
Esa será tu condena eterna.
CON CARIÑO TU PESADILLA.