síɴᴅʀᴏᴍᴇ ᴅᴇ ᴇsᴛᴏᴄᴏʟᴍᴏ - ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ

Capítulo 11

𝐑𝐞𝐩𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐢𝐫 ▶𝑻𝒆𝒂𝒓

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– Por que me gustas.

Por un momento Jimin sintió que el aire le faltaba al escuchar tal confesión.

Su cerebro hacia un análisis de cada palabra dicha por el pelinegro, pero despertó de su transe cuando escucho una risa sarcástica y seca por parte de su secuestrador.

– Es mentira –habló nuevamente Jeongguk debido a el ambiente tenso que se había formado.

Y el pequeño corazón de Jimin se encogió y por una -y muy- extraña razón su pequeño corazón sintió un poco de dolor al darse cuenta que lo dicho anteriormente era una -vil y cruel- mentira.

– No debes creer siempre todo lo que te dicen –volvió hablar–, eres demasiado estúpido e ingenuo.

Ignoró lo último ya que no quería decir alguna grosería: – ¿Entonces si vas matarme?

– Eso es información confidencial, no seas tan metiche y curioso.

– ¿Habrá algún momento en el que dejes de insultarme, tan solo por unos minutos?

– No. Y ya te había dicho que no me gusta que me hagan preguntas y tus oportunidades se acabaron –lo miró frunciendo el ceño–. ¿Por qué aun sigues parloteando? ¿Cómo es qué logras sacarme de quicio tan fácilmente?

Jimin quería reír ante lo último pero no sabia si eso se vería bien en estos momentos asi que solo se quedó en silencio por varios minutos sintiendo la brisa del aire que levemente rozaba su rostro y hacía que ciertos cabellos lisos se removieran de lugar al compás del aire.

– Vámonos –fue lo único que dijo Jeongguk para empezar a caminar con un Jimin siguiéndole el paso como si fuese su oscura sombra.

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Y nuevamente se recostó en el suelo cubriendo su pequeño y delgado cuerpo con la manta.

Siete días.

Siete días habían pasado exactamente desde esa noche en la que pudo tener al menos una pequeña charla con Jeongguk, después de eso los días se hacían tan comunes y esto se resumía en que su secuestrador solamente bajaba al sótano para darle de comer y de beber dos veces al día.

Para Jimin todo ahora era una simple rutina, deseaba en lo mas profundo de su ser que algún día su secuestrador lo sacara nuevamente hacía ese puente y que le hablará de cualquier tema o al menos que lo insultara como acostumbraba hacerlo pero ahora ni siquiera eso había oído desde hace siete días. De vez en cuando parecía que Jeongguk llegaba borracho tirando y pateando todo lo que estaba a su alcance en la parte de arriba, Jimin sentía miedo en esos instantes y se cubría el rostro mientras estaba recostado en esa esquina deseando de Jeongguk se calmará o se durmiera de repente ya que tan solo la idea de que bajará y empezara a desquitarse con el o peor:

Matarlo.

Le aterraba. Todo ahora le empezaba aterrar demasiado. Lo único que deseaba era sentir la presencia de su secuestrador en la parte de arriba.

Pero aquel deseó se convertiría el inicio de su calvario.

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– ¡Fue tú culpa Jungkook! –gritó Agust D.

Todos los demás se quedaron en completo silencio mirando de reojo curiosos al mencionado por su líder.

– El fue quien se atrasó... Si el hubiera corrido mas rápido la puta policía no lo hubiera atrapado –contestó en su defensa Jeongguk–, no tengo toda la culpa yo... ¡Ustedes pudieron ayudarlo a traer las bolsas de dinero!.

Agust D frustrado paso la palma de su mano por su frente y quedar en silencio por unos segundos. – ¡Atraparon a Woobin por tu culpa!

– Que no ha sido todo mi culpa, ¡coño!

– ¡Claro que si! ¡Así como también fue tu culpa la muerte de Seokjin!

Y Agust D había tocado la parte debil de Jeongguk.

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Jimin se asustó demasiado cuando sintió como en la parte de arriba alguien empezaba a tirar y patear todo todo acompañado de gritos de desesperación y fue aun mas su susto cuando sintió como se abría la parte del sótano y los pasos desesperados de su secuestrador dirigiéndose a el con mucha rabia.

Lo que sintió fue demasiado rápido; unas manos frías sobre sus brazos obligándolo a ponerse de pie para luego estamparlo contra la pared con mucha fuerza.

– ¡Dilo nuevamente! –gritó Jeongguk haciendo presión en su agarre sobre Jimin.

– ¿Q-qué?

– ¡Vamos, dilo! ¡Di nuevamente que fue mi culpa!

– No se de estas habland...-

Sus lágrimas no tardaron en salir cuando sintió su mejilla izquierda arder debido a la fuerte cachetada que le había propinado su secuestrador haciendo que su pequeño y débil cuerpo cayera al suelo.

Jimin no aguantó más.

Con una fuerza casi descomunal pateó el tobillo de su secuestrador haciendo que soltara un quejido de dolor y se sentara de golpe en el suelo. Jimin se puso de pie como pudo y gateando subió lentamente las pocas escaleras para luego abrir la puerta que se encontraba entreabierta, rápidamente desesperado salió de ahí y se encontró con la habitación de su secuestrador. Suspiró aliviado y se acercó a la puerta abierta y salió.

Sonrió con desdén respirando agitado y eso se debía a que ahora si tenía una oportunidad de escapar de ahí. No perdió segundos y tomo la perilla de la puerta frente a la de esa habitación y ¡Bingo! abrió. Al salir de ahí recordó la pequeña sala de Jeongguk que había visto igualmente hace siete días cuando su secuestrador y el habían salido esa noche.

Se acerco rápidamente a la que era la puerta principal pero en vano fue aquello.

En vano había sido su esfuerzo y la rapidez con la que había hecho todo por salir de ahí.

En vano fue todo ya que sintió como su secuestrador lo empujó hacia el piso y antes de que se pusiera de pie Jeongguk se había puesto sobre el impidiéndole moverse porque puso un cuchillo muy -pero muy- cerca del cuello de Jimin.

– Voy hacer lo que debí haber hecho hace mucho tiempo contigo –la sangre de Jimin se congeló–. Voy a matarte Park Jimin.

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Nota: Maratón 1/3

31/02/2021
©ggukieblack