𝐂𝐨𝐦𝐩𝐞𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐀𝐦𝐨𝐫𝐨𝐬𝐚 || MomoKami, BakuKami.

1

Caminando por la sala, la azabache con el don explosivo, vio al chico rubio, sentado en el sofá. Este parecía leer algo, pero no le interesaba saber qué.

一 Oi, ranita. 一 ante aquel llamado, el rubio levantó la mirada, encontrándose con Yaoyorozu frente suyo.

一 Yaoyorozu-chan, hola. 一 cerró el libro, mostrando una amable sonrisa, que hizo derretir de la ternura a la azabache en su interior. 一 ¿Necesitas algo?

一 Si, sal conmigo.

一 ¿Kero?

一 Mañana, que es sábado, iremos a un parque de diversiones. 一 se inclinó para adelanta, para así estar a la misma altura. 一 Te pediría que te pongas algo bonito, pero te ves bonito con todo tipo de ropa. Nos vemos mañana.

一 Eh, si... N-nos vemos, kero... 一 fue lo único que se le ocurrió decir, ya que estaba atónito.

Yaoyorozu le había pedido una cita. Eso si que era inusual. Juraba creer que Yaoyorozu era una persona que no le interesaba en lo más mínimo en relacionarse con alguien más. Puede ser así, pero tenía esperanzas.

Pasó la noche. Denki al despertar fue directamente a su clóset para ver qué se podría poner. Su sentido de la moda no era tan malo, pero aún así quería verse más que bien. Quería sorprender a la azabache. Tal vez una camisa lo ayudaría. La camisa era rojo oscuro. Se puso una camiseta blanca y unos pantalones negros. Si, era muy normal, pero era lo único que destacaba en su ropa. Lo demás era verde o amarillo.

─ Oye rana, ¿Ya estás listo? ─ asustando al rubio, Yaoyorozu tocó la puerta de su cuarto. Vaya, de verdad parecía querer tener una cita.

─ S-si. ─ dijo en voz alta. Rápidamente se terminó de atar los cordones y corrió hasta la puerta, para abrirla y encontrarse con Yaoyorozu. ─ ¿Kero?

Sus ojos se posaron en la chica, quién vestía una chaqueta negra, remera blanca y shorts de jean igual de negros que la chaqueta. Se veía bastante ruda, como lo es ella en si.

─ Estás muy linda, Yaoyorozu-chan. ─ expresó levemente sonrojado. Definitivamente, Denki era muy malo ocultando sus sentimientos.

─ Tch, ya vámonos, ¿Quieres? ─ musitó tomando su brazo y así llevarlo hacia el ascensor.

Denki solo se dejó llevar por ella, permaneciendo en un tranquilo silencio. No podía dejar de pensar en como lo estaba tomando de la mano como si nada. Como si ya fueran pareja. Se le fue imposible no sentirse un poco avergonzado. No de la mala manera, estaba halagado. Incluso cautivado.

Caminaron por un parque que se encontraba cerca. Compraron unos helados y lo fueron comiendo mientras caminaban por ahí. Había veces que Momo desviaba la mirada hacia el con cautela para que no se diera cuenta. Sin embargo, Kaminari sabia de sus miradas, pero aún así fingía no saberlo. Se sentía especial.

─ Por cierto Yaoyorozu-chan. ─ rompió el hielo con algo de timidez curiosa. ─ He notado que llevas un collar. Es muy bonito la verdad. ¿Fue un regalo? Kero.

─ ¿Hablas de esta cosa de metal gastado? ─ preguntó la azabache, mirando el dichoso collar. Lo vio asentir. ─ Fue un regalo de mí abuela, que.. murió hace unos dos años.

─ Oh.. ─ expresó apenado. ─ Lo siento mucho.

─ Está bien, estaba enferma. Al menos pudo dejar de sufrir.

─ Tienes razón, kero.

Terminaron regresando, esta vez alejando el silencio que los había perseguido antes de llegar al parque. Bueno, Denki era el que hablaba, Momo simplemente le respondía cortadamente pero amable a su manera.

Apenas regresaron, lograron ver qué se había hecho de noche. No lo habían notado hasta llegar a los dormitorios.

─ Gracias por esta salida, kero. ─ le dijo Kaminari con una de sus cálidas sonrisas. ─ Fue muy divertido.

─ Solo hablamos, no es para tanto. ─ se encogió de hombros con duda.

─ Lo es para mí. ─ expresó bajando la mirada.

Ella vio sus mejillas sonrojadas y su mirada tímidamente desviada. No podía evitar sentir una gran calidez en su pecho. Su presencia le era tan tranquilizante y agradable. Como tomar un té en pleno invierno, mientras se ve la nieve caer desde la ventana. Amaba esa sensación

Como también.. lo amaba a el..

Pero no podía decirle. No ahora.

─ Entiendo. ─ murmuró soltando un suspiro. ─ Yo.. creo que fue agradable, es todo.

Caminó dejándolo atrás. Este la siguió con la mirada, intrigado. Sabía que quería decirle algo más.

─ Nos vemos, ran.. digo, Denki.

Y entró al edificio sin mirar atrás.