Flores florecen desde el campo de batalla

XCVII

¿El hombre también aprende la costura?

Soujin es de hecho un general capaz. A pesar de que su cuerpo está plagado de heridas, puede trepar por el camino estrecho hasta la cima con un movimiento rápido. No le toma mucho tiempo llegar a su destino, el acantilado.

—Bájame. —instó Jun Min. Soujin se sorprende porque siente que la persona en su espalda es realmente ligera. Casi se olvidó de su existencia si no fuera por su recordatorio.

Soujin volvió la cabeza hacia atrás. Con cuidado, puso a Jun Min en el suelo mientras el niño se sentaba. Todavía no tiene energía para caminar.

—¿Puedes caminar?

—Un poco. —dijo Jun Min con torpeza. 

Realmente no puede hacerse pasar por un chico si esto continúa, seguramente la considerarían una debilucha. Si los soldados que la habían visto luchar conocieran sus pensamientos de esta manera, definitivamente tendrían la necesidad de golpearla para expresar sus quejas por haber sido golpeados por ella.

Soujin la bajó y corrió hacia los árboles cercanos antes de regresar con algunas frutas. Le entregó algunos de ellos a Jun Min, quien los aceptó con gusto.

—Después de que haya recuperado suficiente energía, iremos a la frontera este.

Jun Min asintió. De hecho, comer la fruta la ha ayudado mucho. No necesita mucho tiempo para recuperar algo de su fuerza y ​​pueden caminar hacia la frontera. Además, caminar sobre un terreno plano es más fácil que escalar una pared empinada.

Soujin se detuvo por un momento. Él silba y un caballo llega a su vista antes de ser seguido por otro caballo. Son caballos que los dos usaban antes. Parece que estaban esperando en algunas áreas cercanas cuando su maestro se cayó del acantilado anteriormente.

—¿Puedes montar a caballo?

—Puedo. —Jun Min siente que Soujin la sigue insultando durante su viaje de regreso. No es que esté tan débil hasta el punto de que no pueda caminar, todavía tiene algo de energía por comer y dormir unas horas.

Soujin asintió. —¿Cómo está la situación en la frontera del Reino Montañoso?

—Está bien. —respondió Jun Min. —El Reino Montañoso ya no los atacará, es más correcto.

 Mientras la familia Jun todavía esté vigilando la frontera, no tendrán ninguna intención de atacar más, ya que Jun Min los ayudó a superar su crisis. Pero este es un secreto que ella no puede divulgar, ni siquiera hacia Soujin.

—El reino Kai es más obstinado. Pronto descubrirás que son más fuertes que el Reino Montañoso.

—Estoy seguro de eso. —sonrió Jun Min.

Después de montar a caballo durante algún tiempo, llegaron a la frontera. Los soldados de Soujin están allí y lucen muy preocupados por Soujin. Al ver que su general está vivo y coleando, suspiraron de alivio.

—Llame al doctor, ¿necesitas uno, Jun Min?

Jun Min niega con la cabeza. Si el médico aquí la revisa, seguramente se enterarán de su sexo. Además, ella no está herida en absoluto, solo cansada de agotar su energía una y otra vez.

—Entonces, tienes algunos descansos primero.

—Despiértame cuando sea el momento de irse.

Los soldados preparan apresuradamente habitaciones para ambos en lugares separados. Jun Min se bañó primero antes de cambiarse y dormir en la cama, todavía con su mascarilla. No se atrevió a quitárselo en caso de que alguien entrara sin que ella supiera, por ejemplo, Soujin. Con sus artes marciales, ella no se daría cuenta de que él ya está cerca de ella hasta que esté realmente cerca.

Soujin busca un médico que conozca. Como está en el campo de batalla, solo hay algunos médicos con los que está familiarizado y que conoce. Nunca dejaría que un médico extraño lo revisara en caso de que los enemigos los enviaran para amenazarlo.

—¿Cómo está mi herida? 

—Ya se está curando, los primeros auxilios son buenos. Parece que el que lo hizo es una persona con experiencia. —dijo el médico.

Soujin asintió. No está realmente sorprendido, ya que un soldado normalmente aprende un poco sobre este tipo de cosas. Pero para que Jun Min sea tan competente, debe haber sido herido mucho en el pasado, eso es lo que piensa.

—Su herida ha sido cosida y también está limpia. ¿Las ha tratado antes? —vuelve a preguntar el médico. Esta vez, se siente sorprendido porque sabe que Soujin nunca dejaría que un extraño se le acercara.

Soujin niega con la cabeza. —No... solo los primeros auxilios.

—Tus primeros auxilios son asombrosos. Déjame vendar la herida de nuevo.

Mientras el médico revisa su herida nuevamente, Soujin piensa en Jun Min. El que hizo los primeros auxilios debería haber sido él, pero ¿por qué costaría la herida? ¿El hombre también aprende la costura? Tal vez intente preguntárselo más tarde.

Vendar la herida no tomó mucho tiempo y Soujin regresó a su habitación para dormir. Todos sus soldados lo vigilan y lo protegen. No dejarán que nadie se acerque a su general y le ponga algunos riesgos.

A la mañana siguiente, Soujin preparó caballos para que fueran hacia la frontera. Dado que se había tomado unos días libres para liderar el ejército, no deberían haber ido demasiado lejos en el territorio enemigo a menos que los enemigos los atrajeran. Soujin confía en su soldado que no cometerían tal error.

¡TOCK! ¡TOCK!

—Niño, despierta. Ya es de mañana. —Soujin personalmente fue a la habitación de Jun Min.

Jun Min se vistió apresuradamente y arregló su apariencia antes de abrir la puerta. Mirando al muy animado Soujin, realmente se pregunta quién de ellos es el que resultó herido. ¿Por qué todavía se ve tan animado mientras que Jun Min es el que está cansado?

—Los caballos están listos. Vamos.

Jun Min siguió a Soujin hacia el campo y montó en su caballo. Ella mira hacia Soujin que también está montando su caballo. Agitó su mano y Jun Min junto con los soldados marcharon hacia la frontera noreste.

Mientras montan a caballo, Soujin mira hacia Jun Min con una mirada curiosa.

—¿Qué es? —Jun Min no se siente cómodo bajo su mirada.

—Quiero saber, ¿los hombres de la familia Jun aprenden costura?

Esa era la pregunta que esperaba que la otra parte nunca hiciera. Jun Min miró fríamente e ignoró a ese general.