El culpable de todo es el.....

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          Esa presión en el pecho que aparece de la nada, esas noches sin poder dormir, reír pero con algo de tristeza que solo nosotros mismos nos aguantamos, pensar tanto hasta que nos da ansiedad, ataques de nervios por consecuencia de la ansiedad, cosas que nosotros mismo nos aguantamos en silencio muchas veces, esas noches de torturas con pensamientos que vagan por todo nuestro cuarto creando un entorno de desespero y agobio.

         Falsas ilusiones creadas por pequeños cariños que nos dan creyendo que funcionara algo que nosotros mismos sabemos que no sera asi.

         Aburriendo a nuestros amigos con los mismos disparates que para ellos son solo eso, disparates, pero para nosotros es algo que nos duele hasta el alma y que nunca cesa por completo, es algo que no podemos evitar del todo.

         Evitando conversaciones y sitios para no deprimirnos, pero el destino tan juguetón siempre se sale con la suya, volteando todo para que las cosas que tratamos de evitar sucedan.

         Observando a todos,  deseando eso que no podemos, que intentamos pero no sucede.

         Dolor en el pecho, horrible dolor que nos aguantamos, es culpa de los malditos pensamientos que llegan como una bandada de pájaros furiosos buscando alimentarse de nuestra alma.

         ¿Amor ?, algo tan difícil de conseguir, pero que para muchos se les resulta fácil, y para otros les cuesta su estado mental.

         Deseando sentir eso, pero muchos no comprenden lo solo que se puede sentir alguien en el inmenso planeta rodeado de muchas personas que ni siquiera nos ven para desearnos los buenos días.

        ¿Hasta qué punto podemos llegar en ahogarnos en nuestra propia mente? ¿Alguien me puede ayudar? ¿Oh yo solo me tengo que salvar?

        Lo que queremos para seguir adelante es eso que no  tenemos y no podemos conseguir, tan difícil es encontrar a esa persona que nos ¿complete?.

      Me gustaría dejar de sentir todo las cosas que siento en este momento, que cosas buenas no son.

      Para todo siempre hay un culpable, y en este caso es uno que decide las cosas por nosotros.

     Maldito que no podemos controlar cuando sentimos algo por alguien, tan perverso a la hora de amar sin pedirle consejo a la mente.

El culpable de todo es el corazón.



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