Capítulo único

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Si el destino no hubiese sido cambiado en ese momento por un príncipe, Hua Cheng hubiera encontrado a su destinado varios años después. Obviamente eso no paso, el pequeño alfa quedó enamorado del príncipe Heredero de XianLe, aquel alfaque desafío el destino ingenuamente y perdió.

Si hubiese decido seguir solo como un humano más hubiese encontrado a su destinado aun con todas las dificultades que habría vivido, pues habría podido sobrevivir a esa feroz guerra de no haber seguido a ese príncipe ciegamente, de no haberlo convertido en su razón de vivir, de no haber intentado suicidarse. No solo en esa vida, en la siguiente y así eternamente, porque eran de las pocas almas que el destino quería juntar una y otra vez. Que debían estar juntas.

Aquella alma que había quedado sin su predestinado murió y renació incontables veces, algunas veces como mujer, otras como hombre, pero siempre con la condición de Omega. Algunas veces con una vida tranquila, otras con una vida lujosa y otras con una vida llena de aventuras, pero siempre viviendo al límite y felizmente tanto como sus límites le permitían. Siempre buscando a su pareja y enamorándose de aquellos que tampoco encontraban la suya. Aún que nunca cerca de encontrarla. Pues su predestinado no quería que se encontrarán, se negaba a eso pues había prometido su corazón y su alma a aquel príncipe que le había salvado.

Pero aún que el destino sea cambiado incontables veces, siempre regresará y causará mucho dolor.

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- ¡Jiang Cheng, suéltame!

Aquella alma rechazada por su predestinado por el solo hecho de existir había vuelto a renacer 710 años después. Está vez con el nombre de Wei Ying, quien había sido adoptado por la familia Jiang, al ser hijo de los mejores amigos de Jiang FenMiang y de la antigua amante de Yu ZiYuan.

Seguía siendo tan alegre e infantil como en su primera vida, aquella alma siempre rebosaba de cariño y bondad, que externaba a través de tiernas sonrisas y escandalosas risas, no importaba las dificultades que pudieran presentarse en su vida, siempre sería un buen momento para sonreír nuevamente.

- ¡Eres un Omega! ¡No puedes estar cerca de cualquier alfa! - aún que claro, siempre había alguien que cuidaba de esa alma con mano dura, en esta ocasión la pobre alma era Jiang Cheng, segundo hijo de los Jiang. Un hermano celoso y posesivo como ningún otro, que no creía que hubiese alguien digno para sus hermanos (aún que eso nunca lo dijera en voz alta).

- ¡No es cualquier Alfa! Se llama Xie Lian y es muy agradable, siempre fue muy educado.

- ¡Me importa un bledo como se llame! ¡Es un muerto de hambre y quién sabe si fue educado solo para aprovecharse de ti!

- ¡Él no haría algo así!

- ¿Cómo estás tan seguro? - ambos iban tomados de la mano, las personas que vivían ahí podrían jurar que esos dos se casarían en un futuro, pues aquello fue visto como la escena de celos de un alfa protegiendo a su omega, y no como los celos de un hermano, lo que realmente era.

- Mi corazón lo dice, además es un cultivador que lleva una estricta regla de castidad ¡Realmente fue muy divertido hablar con él!

- Dime qué no le diste nada.

- Solo fueron mis ahorros - obviamente su hermano procedió a gritarle como aquello fue absurdamente irresponsable - yo tengo donde dormir, él no, es obvio que Xie Lian lo necesitaba más, además, estoy seguro de que no hará mal uso de él.

Ambos regresaron a su hogar, aquel día era su día libre, mientras que Jiang Cheng había aprovechado para dormir un par de horas más, Wei Wuxian aprovecho para salir a caminar y en esa caminata había conocido a un artista callejero, Xie Lian, al cual había invitado a comer y regalarle sus ahorros (que no eran pocos). Aquel misterioso pero apuesto joven vestido de blanco había sido una imagen nostálgica para Wei Wuxian, no entendía porque, hablar con él había alegrado su corazón como si fuese un acto prohibido que se le había permitido por única vez. Incluso darle su propio dinero fue una sensación muy extraña, como si alguien le dijera "no es suficiente". Fue como hablar con un oficial celestial, pues aquello le había traído una felicidad y paz inexplicable.

Onix (HuaWei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora