Mi Primera Amiga

5 1 0
                                    

Todo tiene un porqué, y era necesario escribir mi pasado para entender más esta historia.

En mi barrio (mi calle, mi colonia, como lo llamen ustedes), la única amiga que tenía era una niña dos años mayor que yo, se llamaba Dennise, yo jugaba con ella en su casa, nos hicimos amigas porque nuestras mamás lo eran, sólo por eso.

Nos llevábamos bien, estudiábamos en el mismo colegio, mientras yo estaba en el aula de tres años, ella estaba en el de cinco años, e iba a hacer su promoción para pasar a la primaria.

Pocas veces nos veíamos en el recreo, ella sí era sociable y ya había hecho amigas en su salón, pero su salón quedaba lejos del mío, y ella tenía su vida, cuándo me veía me llamaba, pero no ocurría muy a menudo.

Cuando terminó el kinder, ella y su familia compraron una casa en otro lugar super lejos, a dos horas de viaje de donde vivía.

Era la única amiga que tenía, luego de que se fue, no había alguien que me comprendiera, tenía mis primos pero todos eran hombres y jugaban con sus carros de juguetes o al fútbol.

Soy una persona que no está de acuerdo con la idea de que por ser hombre tengas que jugar a los carritos y por ser mujer tienes que jugar a la cocinita y las muñecas, nada que ver, si a ti te gusta algo, hazlo, no importa si eres hombre o mujer, es cuestión de gustos, pero esto es simple, no me atraían los carritos ni los deportes, ahora quisiera tener un coche muy lindo pero los deportes siguen sin gustarme.

Y tampoco me gusta la cocina, ni para jugar, las muñecas sí; sólo tenía una prima cuatro años mayor que yo, sólo con ella jugaba y hablaba, nos entendíamos perfectamente.

A los ocho años fui con mis papás y mi hermano a visitar a Dennise y a su familia, viven lejos de la ciudad, al lado de un campo verde grande, ella sí me recordaba y yo también (es obvio que esté escribiendo esto), al principio no hablamos, ella tenía unas amigas de su barrio, pero su mamá le dijo que jugara conmigo, y fuimos junto con sus amigas a pasear por todo el campo, jugamos y, aunque no hablamos sobre nuestra amistad pasada, fue una tarde divertida, de ahí hasta ahora no la he visto, pero hay veces que mis papás planean una segunda visita.

Mi amiga y mi no tan amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora