El kinder era en el primer piso, la primaria estaba en el segundo piso, ahora tenía que afrontar lo que más temía: gente nueva, otra vez socialización.
Las niñas de ese salón eran más amigables, apenas me presentaron, me hicieron preguntas sobre mí, mis gustos y esas cosas, nunca me había pasado algo igual y me sentía bien.
Mi fuerte siempre han sido las letras antes que los números, no digo que sea una prodigio en letras, pero los números no son lo mío, y cuando me oyeron leer, pronunciar las palabras como un profesor, todos se sorprendieron, hasta el mismo profesor.
Una de las niñas era Rosa, se volvió muy apegada a mí, siempre jugábamos más Dana y Elena, eran muy hiperactivas, tal vez era raro para mí porque yo nunca jugaba en el recreo, pero ellas corrían por todos lados, no entendía el motivo de tanta emoción, pero las seguía, bueno, las seguía porque Rosa agarraba mi mano y corríamos por todo el colegio con las otras niñas.
También jugábamos con muñecas recortadas de papel, como yo no tenía, ella me regalaba, se convirtió en una de las mejores amigas que he tenido, no me dejaba de lado.
Una vez entramos a la zona kinder, corriendo como siempre entre los niños, vi a Verónica sola, en el rincón donde siempre estábamos paradas, quería hablarle pero era muy tímida, lo sé, ahora que lo pienso, es patético, pero era una cobarde, solo me dejé llevar por Rosa y nos fuimos al fondo del patio, con otros niños que nos impedían el paso por no ser nuestra zona.
Ahora vivo en otro distrito, lejos de ese colegio, pero cuando voy a visitar a mi familia que sigue viviendo allí, siempre paso por la casa de Verónica, nunca nos llegamos a hablar, sigue habiendo esa juguería en la puerta de su casa que nunca entré y me hace recordar ese rincón del patio.
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Mi amiga y mi no tan amiga
Teen Fiction"Siempre me he caracterizado como una persona solitaria y sin amigos, nunca supe el significado de lo que es la amistad, pero dos personas me enseñaron, mi amiga y mi no tan amiga."