Niña Triste

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Era un lugar muy bonito donde vivir, tal vez ahí nació mi curiosidad hacia la astronomía, ya que había un balcón donde siempre al atardecer veíamos ocultarse el sol con Anahí, mi hermanito y el hijo de la chica que vivía en el quinto cuarto, se llamaba Carlitos.

Una vez vimos algo muy raro, vimos un pequeño punto negro dentro del sol anaranjado, yo estaba muy convencida de que era Venus ya que me sabía el Sistema Solar y pues sólo hay dos planetas entre nosotros y el Sol, pero estaba segura de que era ese, era emocionante; también cuando me seguía la luna.

Otras cosas que me gustaba era ir donde la señora Tania que vivía en el primer cuarto, me gustaba su dormitorio y su cocina, ver casas nuevas para mi es muy placentero, y cuando iba con Anahí nos invitaba comida o algún postre que compraba en el supermercado, ella no tenía hijos a sus 30 y tantos años, no recuerdo el motivo pero nos trataba como a sus hijos a nosotros cuatro.

Cuando nos pusieron cable fue un boom, estábamos más pegados a la televisión que ir a salir a jugar, a mi me gustaba ver Disney Channel, Jetix y Boomerang; mi hermano solo veía Discovery Kids, pero era al extremo ya que cuando cambiaba de canal, se ponía a llorar horrible, fue ahí cuando empecé a odiar ese canal, aunque me gustaba ver Lazy Town y Los Backyardigans.

Otra cosa que me gustaba hacer era acompañar al señor Luis a enviar los pedidos en la minivan blanca que era del jefe, íbamos por Barranco y Miraflores, ahí hay avenidas muy bonitas, casas muy lindas, muchas flores y la playa, todo era hermoso.

También pude ver a 2 celebridades en vivo, ya que siempre los veía solo en la televisión, estaban caminando como si nada, y conocí un loro que hablaba como humano, no sabía que un animal podía hablar, era todo nuevo para mí pero fue uno de los mejores días de mi existencia.

Los jefes también eran buena onda con nosotros, nos daban postres y golosinas, más el señor César (que era de Argentina), era budista y vegetariano, pero número uno en comer dulces.

Cuando en las tardes íbamos con Anahí a pedir las cortezas que sobraba del pan para comer con mermelada, cuando hacían pizzas los domingos, cuando todos se reunían a la hora de almuerzo, los paseos familiares del trabajo, todo me hacía muy feliz, hasta que llegaba la hora en que mis padres discutían en las noches, no se comprendían, habían iniciado su relación sin conocerse por mi culpa, ya que mi mamá había salido embarazada a sus 18 años de él que tenía 20 en ese entonces.

Mi amiga y mi no tan amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora