Capitulo 9

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/Cabe recalcar que no soy dueño de absolutamente nada de One Punch Man, ningún personaje me pertenece. Esto es una adaptación de la gran obra de One y Yusuke Murata/


SEDE DE LA ASOCIACIÓN DE HÉROES-CIUDAD A

Continuando

Tatsumaki se encontraba en la puerta de la sede, el solo hecho de su presencia hacía que cada uno de los trabajadores, que previamente ponían un esfuerzo moderado, un esfuerzo bajo, o simplemente no se encontraban haciendo nada; Volvieran a hacer sus actividades, con mucha más concentración de la normal, más esfuerzo del que pondrían naturalmente o simplemente acelerándose en su actividad. Incluso los recepcionistas, que su trabajo se limita a hablar con el público que entra o simplemente recibir llamadas, se pusieron totalmente erguidos en su asiento, codos fuera de la mesa y con una mirada firme miraban su pantalla o al teléfono.

Los nervios en el ambiente se podían notar claramente, muchos de los trabajadores empezaron sudar mientras aquella mujer flotaba por la entrada dirigiéndose al ascensor. Tatsumaki por su parte había notado eso, nunca se había puesto a pensar que el solo hecho de estar presente ante cualquier persona era suficiente para causarle esa sensación. El miedo, pero no miedo a algo material, miedo a morir. A los ojos de esos civiles normales, Tatsumaki era un potencial peligro para su vida, una palabra de más, una acción de más podría costarle un viaje al hospital.

Tatsumaki a lo largo de los días había entendido eso, las personas nunca se mostraban totalmente perfectas ante su presencia por respeto, admiración o por simples modales. Las personas que conocían mínimamente su poder, que sabían no de primera mano, si no por simples rumores como era su personalidad, entendían que no debían hacerla enojar. Era básicamente una bomba de tiempo a los ojos de cualquier persona, nunca se sabía si ese día ella arremetería contra alguien por simple "capricho". Tatsumaki aprendió que a los ojos del público ella era un "monstruo" que luchaba por el bien.

Sin darle más vueltas a la clara tensión del ambiente entro al elevador el cual se había demorado algo en venir puesto que se encontraba en el último piso de la sede. Mientras este subía, notó como cada vez que se detenía en un piso, la persona que había previamente llamado al ascensor, se retiraba sin siquiera mirar atrás. Ella podía sentir a aquellas personas, haciendo uso de una simple técnica, la cual le permitía amplificar el sonido, era perfectamente capaz de escuchar los latidos acelerados, respiración agitada y ciertos balbuceos que decía. Confirmando así algo que ya suponía

Un sentimiento amargo se formaba otra vez dentro de ella. Tantos años intentado hacer su nombre para que la gente la admire, para que la gente la idealice, para que la gente la respete, para poder darle una "buena vida" a su hermana, tirados a la basura por haber cometido las acciones erróneas en ese proceso. Ella no era respetada, era totalmente temida, lo más seguro era que incluso entre sus compañeros de la clase S, aunque no hubiera ese temor, aun quedaría cierto odio. Incluso, si hiciera el amago de intentar cambiar, el estigma aun quedaría ahí, inhibiéndole el que aceptaran el cambio

El ascensor finalmente termino su camino, abriendo las puertas se vio a una Tatsumaki que estaba parada. Naturalmente ella vuela para absolutamente todo, saliendo de su cuarto en la mañana, yendo a su cuarto para dormir, dirigiéndose a comer, en todo tipo de situación excluyendo comer e ir al baño, ella volaba. Esta vez incluso dentro del ascensor se encontraba flotando, pero simplemente decidió caminar, dejar de flotar. Tatsumaki había olvidado el hecho de caminar con tacones, la primera incomodidad que siente al tener el pie en un ángulo al que no estaba acostumbrada. Pero, aun así, había decido que iba a caminar hasta la sala

El pasillo por el cual se escuchan unos tacones femeninos caminar era bastante largo, dando con entradas a cuartos privados en solo cuatro secciones de este. El lugar tenía su característica coloración morada, algo que cambiaba en el pasillo era la presencia de focos de luz blanca. Tatsumaki se encontraba ya cerca de la última puerta, al empezar a caminar había recordado el hecho de sentirse como una mujer normal. Paso a paso que daba sus perfectamente definidas curvas junto con sus redondas nalgas se movían de lado a lado, le daban una apariencia para nada infantil.

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