Ya habían pasado muchos días desde que dejó su hogar, el camino hacia el santuario le pareció eterno y se encontraba demasiado cansada, sus piernas y pies le dolían.
La pequeña se tropezó, pero antes de caer al suelo fue sostenida por Sísifo, quien la miró con preocupación y se arrodilló ante ella.
- Señorita, suba a mi espalda por favor.
- ¿Qué?.... pero yo....
- La cargaré hasta llegar a nuestro destino y así podrá descansar.
- No, no es necesario yo puedo caminar. (contestó la niña visiblemente sonrojada)
El joven sonrió discretamente.
- Será más rápido si la llevo en mi espalda, se sorprenderá de lo rápido que llegaremos de ese modo ahora que falta tan poco.
Sísifo se arrodilló y esperó a que la pequeña se decidiera. Sin más remedio y con toda la vergüenza del mundo subió a la espalda del galante joven, quien con toda delicadeza la sostuvo. Comenzó a correr sorprendentemente rápido y con gran agilidad. Al principio, Sasha se asustó y se aferró al cuello del muchacho pero su temor pronto desapareció al sentir la seguridad con la que se movía y la sostenía.
Finalmente, la péquela Sasha se sintió segura y protegida recostada sobre la cálida espalda del castaño, así que se permitió cerrar los ojos y en poco tiempo se quedó dormida escuchando los tranquilos latidos del corazón de Sísifo.
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Abrió los ojos lentamente, no reconocía en dónde se encontraba. El techo era alto con bellos candelabros adornándolo, paredes de roca, ventanas enormes cubiertas de finas cortinas de color azul. La cama en la que estaba era enorme, sumamente suave y llena de almohadas y cojines a juego con los cobertores. Todo el lugar era hermoso.
- Señorita, me alegra que haya despertado. ¿Cómo se siente, durmió bien?
Una mujer madura vestida de blanco la miraba dulcemente.
- S...si, gracias.
- Me alegro. Mi nombre es Irene y soy una de las doncellas que estaremos a su servicio a partir de hoy. Por favor, siéntase en confianza de pedirnos lo que necesite.
- Gracias
Contestó tímidamente.- Bueno señorita, le traeré sus alimentos y le avisaré al Maestro Sage que se encuentra despierta para que venga a verla. No se preocupe, él le explicará todo lo que tiene que saber de este, su nuevo hogar.
Esas últimas palabras le provocaron temor y tristeza. Había dejado su hogar, a sus amigos del alma y no sabía si algún día los volvería a ver.
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En la cámara del patriarca....Sísifo se encontraba arrodillado brindando el informe de lo acontecido durante el traslado de Sasha al santuario.
- Gracias querido Sísifo, no esperaba menos de ti. Lograste encontrar a la pequeña y la trajiste a salvo a pesar de las dificultades que tuvieron en el camino. Ve a descansar por favor, ahora que está aquí no correrá ningún riesgo.
El caballero de sagitario asintió y se retiró del lugar, mirando hacia el pasillo que llevaba a los aposentos de Athena. No podía dejar de preocuparse por esa inocente pequeña que llevaría a cuestas el destino de la tierra y sus habitantes.
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Pasaron algunos días desde la llegada de Sasha al santuario. El patriarca la visitaba a menudo para explicarle poco a poco cómo funcionaba el santuario y cuál era la responsabilidad de los Santos al servicio de Athena. A su corta edad, la niña poco entendía del tema, ella estaba cada vez más asustada y triste por la separación que tuvo de su única familia y su hogar, por lo que Sage consideró que aún no era momento de presentarla ante los santos dorados y demás caballeros.
- Señorita Sasha, no tiene nada que temer estando aquí con nosotros, sé que ahora es difícil pero estoy seguro que llegará a considerar este lugar como su hogar. Por el momento le pido que no se aleje mucho de esta parte del templo y si quiere ir más allá con gusto yo la llevaré.
Sonrió afectuoso el patriarca.- Gra...gracias.
Los días eran aburridos, no tenía mucho que hacer después de las clases que recibía por parte del patriarca y de otras doncellas.
Buscando qué hacer, encontró la forma de estar presente, sin ser vista, en las reuniones que el patriarca tenía con unos chicos que vestían trajes dorados. Eso llamó su atención, eran hombres jóvenes que probablemente tenían la misma edad entre ellos o más o menos, pero con apariencia y personalidades totalmente diferentes.
En general le daban miedo, todos eran hombres muy altos y fuertes, algunos más serios que otros, tranquilos, amables o enigmáticos.
- Realmente son extraños...bueno... menos el señor Sísifo, él fue muy gentil conmigo.
De entre todos esos chicos, uno en particular llamaba su atención. Cabello largo de color azul, algo alborotado, actitud desinteresada, siempre jugueteando con el largo adorno semejante a la cola de un escorpión que adornaba lo que parecía ser un casco. De alguna forma, la actitud de ese chico la divertía, aunque estuvieran hablando de temas que, aunque ella no entendía, parecían serios, él no prestaba mucha atención a pesar de los regaños del patriarca y de las miradas fulminantes de parte de otro chico de cabellos verdes y ojos violeta, quien dentro de todo parecía tenerle aprecio.
Todo seguía siendo extraño para ella, así que un día, en medio de su desesperación, decidió salir del área a la que estaba confinada y recorrer el bosque que se encontraba al rededor de los templos.
Continuará...
Gracias por leer, no había actualizado pero aquí sigo.
Saluditos 🌷
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Corazón solitario
RomanceNunca me importó la soledad, sabía que mi vida sería breve aunque quería vivirla al máximo, disfrutar cada segundo de ella sin arrepentimiento. Jamás necesité el amor de nadie, no lo merecía por ser como soy, alguien sin futuro, eso me dijeron pero...