Capítulo 2

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Año 2107 - Isla Socotra, Yemen.

Neuroisis

LAUREN'S POV

No importaba cuántas veces repasara los hechos acaecidos, yo volvía al mismo punto, 360 grados de eventualidades para terminar donde empecé, estancada en una precaria resolución de inquisiciones.

Tanto tiempo embaucada en una mentira, una muy escalofriante, que con justo motivo comprendía el porqué de su recelo por exhibirlo. No era apta para la compresión de cualquiera.

Estaban vivos... Los contenedores estaban vivos y mi cabeza no dejaba de recordármelo.

De pronto, la puerta de la sala a la que habíamos sido marginadas luego de ver lo que vimos, luego de que un equipo ingresara y se llevara al contenedor. Y tras un tiempo en el que Dinah y yo acordamos entre miradas guardar silencio, un lenguaje mudo entre nosotras; pues no sabíamos cuan comprometedor fuesen nuestras palabras en base a lo que presenciamos, y no sabíamos si fuimos llevadas a aquella sala incandescente de luces y paredes blancas, que constaba únicamente de una mesa y tres sillas, para examinar nuestra reacción desde detrás de las paredes. No sabíamos quién escuchaba, o quién miraba. No sabíamos sus pretensiones.

Entonces, al cabo de un perenne tiempo que asumí invirtieron en tomar decisiones que incumbía a nosotras; pudimos divisar por fin el cese a esa tortura de espera, cuando vislumbramos a la figura del científico Jensen, sumándose a la estancia, escoltado por dos soldados cuyos fusiles descansaban contra sus cuerpos, dos figuras que dispersaron escalofríos por nuestro esqueleto, pues ¿Qué propósito los había traído hasta allí? La opción más fatídica respondía a nuestra posible ejecución.

Sus gestos lucían severos mientras se acomodaba a ambos lados de la puerta, al tiempo que el científico traía consigo un gesto que era difícil de interpretar. Podría tratarse de seriedad, o incluso cólera, o quizá desconfianza. Cualquier emoción podría ser la que le atravesara la expresión.

¿Entonces este era nuestro fin...?

Tras entrar, se paseó parsimonioso por la estancia, mientras teníamos nuestras miradas expectantes, encañonadas hacia él, que le seguían con detenimiento y recelo.

— Entiendo que puede ser algo difícil de digerir — recitó de pronto —, y tampoco es apto para la compresión de cualquiera. Por eso es que resulta tan imperativo que la concepción y el desarrollo de los contenedores, se haga con tanta rigurosidad de misterio.

— No diremos nada... — le aseguró Dinah, con un tono oscilante.

No debió hacer eso. Debió callarse. Demostrar intimidación sólo nos restaría posibilidades de supervivencia.

— ¿Sobre qué no dirás nada? — preguntó sobrio.

Ahí estaba, un juego de mentes. Eso sólo demostraba su tranquilidad frente al asunto. Como si sintiera que tenía todo bajo control.

— Sobre el contenedor... — volvió a responder atemorizada.

No sabía cómo hacerle saber que se mantuviera firme, en lugar de aterrada.

— ¿Qué pasa con el contenedor? — fingió ignorancia, y podría parecer un juego de burla del cazador a la presa, sin embargo, él no denotaba esa mofa. Estaba afrontando la situación con total determinación.

— Está vivo... — susurró.

Lo dijo...

Solo estaba comprobando la disensión que habíamos extraído de la situación. Ahora que tenía la respuesta, asumí que elegiría una estrategia para actuar frente a ello.

RESILIENCIA (Parte 1 Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora