¿Creer o no creer?, ¿Realmente lo viví? Estas dos preguntas hacen ruido en mi cabeza de forma constante. Supongo que muchas veces es más fácil no creer en lo paranormal, y hacer de cuenta que "eso" no existe, pero el miedo que siento al recordar todo, me dice que no olvide lo vivido.
Antes de proseguir con mi historia les comento que me llamo Maribel y que trabajo como médico, con mucho esfuerzo me gradué de lo que tanto anhele en la Universidad Nacional de Córdoba, esta carrera con su formación tan racionalista lo convierte a uno en una persona muy incrédula, y es por eso que al día de hoy, después de 18 años del suceso, me sigo cuestionando; "¿REALMENTE PASO?".
Los que estudiaron una carrera universitaria saben lo difícil que es poder graduarse de lo que uno quiere, es un camino con muchos obstáculos a sortear. Especialmente los de medicina sabrán lo arduo de administrar el tiempo entre clases teóricas y prácticas. Y sin contar que durante toda esta etapa sos económicamente insolvente.
Prosiguiendo, les cuento que al final de la carrera toca hacer algo que se conoce como "el rotatorio", que no es otra cosa que las practicas obligatorias por distintos centros hospitalarios en convenio con la universidad. Hasta ese entonces había alquilado en lugar bastante alejado de la facultad por razones pecuniarias, pero viendo el poco horario entre clases y prácticas, decidí que era necesario mudarse. Pude convencer a mis padres para que accedieran a la mudanza y teniendo el aval de ellos me puse a buscar un departamento no tan alejado entre la universidad y los hospitales.
Mi idea era encontrar una persona más para alquilar "mitad y mitad" y así lograr que fueran más livianos los gastos, por suerte una de mis compañeras, me comento que su amiga Miriam era justo lo que necesitaba. A diferencia de mí, por ese tiempo Miriam ya estaba egresaba y hacia la residencia de pediatría. Tras las presentaciones de rigor me invito a conocer el inmueble, en camino hacia él, Miriam me comento que no llevaba más de una semana en el complejo habitacional, que más se la pasaba en el hospital que ahí.
El departamento estaba en planta alta, tenía dos habitaciones, un comedor, cocina y baño, pero lo determinante fue la buena ubicación del mismo. Termine por mudarme y, ¿qué decir?; los primeros días fueron lindos. Tal cual como había dicho Miriam, ella casi nunca estaba en el departamento; venia por ratos y luego se iba.
El primer incidente paranormal sucedió si mal no recuerdo en Mayo; esa noche me encontraba estudiando para rendir unos exámenes, tome como costumbre que para hacerme compañía, solía encender la televisión en volumen mínimo. De pronto se va la luz eléctrica, a tientas llego a la ventana y miro que en las demás casas había luces, esto me dejo intrigada, pero supuse que era algún desperfecto local. Resignada fui a mi habitación y me acosté en la cama. Fue allí que oigo a Miriam abrir la puerta principal y con pasos lentos, oigo, se dirige a su pieza, tras meditar por unos segundos decidí salir a preguntarle sobre la situación; - "Miriam paso algo raro, no hay luz en el depa" -
En el instante que le hable, esta se paró, se me quedo mirando en la entrada de su habitación, después como si nada entro y cerró la puerta. Su actitud me pareció por demás de desubicada pero no quise entrar a discutir, íbamos a vivir allí y era necesario llevarse bien. Me fui a dormir, al otro día cuando ya me iba a rendir me cruzo con el portero del edificio, rápidamente le comente sobre la situación en mi departamento, sin embargo este hombre me explico que nunca se había ido la luz en el complejo.
Este problema pasó al olvido, entre la facultad y las prácticas mi cabeza estaba metida en otras cosas. Recuerdo que esa semana estaba cargada con exámenes y práctica, y el desvelo y las madrugadas me pasaron factura. A los dos días del primer incidente con la luz, ocurre algo raro nuevamente, esa noche en particular volvía destrozada y por el cansancio me quede dormida en el comedor mirando televisión.