𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐘 | Michael Jackson

no estás sola

—¡Pero que preciosa te ves con tu estómago!— mi tía exclama sonriente cuando me ve llegar al final de las escaleras— Ese bebé está listo para ver el mundo.

Reí por su reacción tan tierna— ¿Bromeas?, en cualquier momento siento que voy a explotar— toque mi pancita— Estoy nerviosa.

—Yo nunca tuve hijos pero supongo que ha de ser muy bonito tener uno.

Alcé mi ceja— Debe ser horrible y doloroso, estoy que me muero— suspiré y me acerqué a la sala a sentarme un rato— Por cierto, mi amiga Mila vendrá en unos minutos, le dije que si quería ver películas aquí, será noche de chicas.

—Por mi está bien, Lía, les prepararé algo de cenar— ella entro a la cocina.

Me dediqué a pasar los canales de televisión hasta encontrar algo entretenido.

Decidí hace varios meses mudarme con mi tía Kenny otra vez, mi antigua casa solo me recordaba por todos lados a Michael, y no es que no quiera recordarlo, es que es muy doloroso, me mudé por mi salud mental y vendí la casa, Louis me ayudó.

Me costó desprenderme del lugar donde mi ex novio y yo vivimos el mejor año de todos, pero si me quedaba ahí sola me iba a volver loca, y aún viviendo aquí con mi tía, a veces por la noche las ganas de llorar me ganan y termino hecha un mar de lágrimas.

Las cenizas las traje conmigo, están siempre en mi habitación antigua a mi lado, cuando abrazo la caja sólo desearía que Michael estuviera conmigo viendo como nuestro bebé está apunto de nacer. Porque si, estoy en la última semana del embarazo y me siento más nerviosa que nunca.

Se que él hubiera dicho:

"Te ves hermosa, Lía, el bebé será precioso como tú"

Quisiera que se pareciera a él, que tuviera su cabello o algo, quizás la piel morena que antes su padre tenía, no lo sé, Michael era tan guapo que puedo esperar a que mi hijo perezca una obra de arte. Se que lo será.

Con respecto al testamento de mi ex novio y él dejándome absolutamente todo, le dije a Louis que esperaría a que nazca mi bebé para poder empezar a ver por aquel trabajo y todo eso.

No, no terminaré la preparatoria, el otro mes es la graduación y Mila estaba tan emocionada, pero ahora tendré un hijo, un trabajo y miles de dólares para mi, era tanta la responsabilidad que tampoco iría a la universidad y siento la presión sobre mis hombros.

Es difícil ser una madre adolescente soltera y sola, y aunque tengo a mi tía Kenny y a Mila, siempre va a faltarme el amor y el cuidado de mi Michael.

Siempre.

—Hola, hola— hablando de Mila, la veo entrar por la puerta de la casa, traía consigo una bolsa de frituras y su celular en la mano, se acercó a donde estaba yo y dejó las cosas sobre la mesa de centro sentándose junto a mi después.

—Hey, te estaba espesando— le sonreí un poco— ¿Lista para una noche de películas?— intenté verme animada, todos estos meses siempre traté de no padecer depresión, he luchado contra eso desde entonces.

—Claro, pero antes...— ella se acercó a mi estómago gigante y pegó su oreja— Hola pequeño, tú tía Mila vino a verte— canturrea de manera tierna.