Finales y comienzos

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Pisé el acelerador con tanta fuerza que sentí que mi tobillo se iba a partir en dos. No podía creer lo que estaba pasando, estaba como en un sueño, más bien en una pesadilla. No sé cuántos semáforos en rojo me salté, pero la furia me recorría por dentro, estaba deseando que todos los rumores que me habían llegado fueran mentira, que no me estuviese pasando eso. Deposite todas mis confianzas en esa persona y sentía como a cada metro que mi coche avanzaba mi corazón se rompía.

Esta mañana, cuando recibí ese mensaje de un número que no tenía agregado, esperaba que fuera pura publicidad, pero para nada, el mensaje solo contenía unas imágenes, sin ningún texto, solo tres imágenes cuyo contenido no era de buen gusto para nadie.

El motor de mi coche paró. Respiré profundo. Miré a mi alrededor, todo parecía ir normal, el parking estaba lleno de coches y de personas felices viviendo su vida, un día normal, un día más. ¿Por qué sentía que para mi el tiempo se había parado allí?. Me arme de valor y salí del coche. Me temblaban las piernas y no podía caminar tranquila, casi corría hacia la puerta de esa cafetería.

Me quede a escasos pasos de la puerta, frente a la cristalera y lo vi. Busqué mi teléfono rápidamente y pulsé su contacto, que, como no, estaba el primero en la lista. Observe como se daba cuenta que su teléfono sonaba y que mi nombre aparecía en la pantalla, al igual que observé como le daba al botón rojo rechazando mi llamada.

Otras chicas ante esta situación hubiesen entrado en esa cafetería a cantarle las cuarentena, pero yo solo me quede allí, aferrándome a la esperanza de que fuera una reunión de amigos, que no me estuviese engañando con aquella chica.


"Amor dónde estás?" Le escribí rápidamente. Esta vez sí que contesto.

"Estoy en La esquina viendo el partido con los chicos, nos vemos en un rato, tq" Mis lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, ¡Me estaba engañando!, mi novio desde hacía cuatro años me estaba engañando, a un mes de mudarnos juntos. Todos mis planes de futuro se congelaron en el tiempo, ya nada de eso se iba a cumplir, ¡Cretino!. No me lo podía creer, todas las dudas vinieron a mi cabeza y me sentí sucia.

Decidí entrar y sentarme en una mesa alejada de la suya simplemente a observar. Ella se reía ante las tonterías que le decía, y lo que más me dolía es que parecían felices, sobretodo él, como la miraba con esa delicadeza, a diferencia de como me miraba a mí.

-¿Qué deseas señorita?- se acercó el camarero a preguntarme.

-Un nuevo corazón por favor, uno que no esté roto- dije sin pensar, expresándole a ese extraño como me sentía. -Disculpe, una botella de agua por favor- el camarero apoyó una mano en mi hombro y lo apretó. Era lo más parecido a el consuelo que necesitaba en ese momento.
No podía quedarme ahí a observar como mi pareja me era infiel, y me decidí.

"Óscar, hemos terminado" . Lo sé, dejar a tu novio infiel por mensaje no era de lo más valiente, pero no tenía agallas para ir hasta su mesa y decírselo sin llorar. Esta vez miró el teléfono y su expresión cambió, se disculpó con la chica y salió rápidamente del establecimiento. Y entonces sucedió, mi teléfono comenzó a sonar y la palabra Amor iluminó la pantalla.

Dude en cogerlo unos segundos, pero necesitaba escucharle por última vez, ver cómo quería recuperar nuestra relación o como luchaba por mí, y solo así comprobar que me quería de verdad.

-Roma ¿estás bien?, hablemos, ¿Dónde estás?- su voz parecía preocupada y asustada. No dije nada, solo me acerqué a la cristalera que él tenía delante.

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2021 ⏰

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