El Reencuentro ~[Volkacio] ~

CAPÍTULO 2

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- Te das cuenta de que esto es una puta mierda?!.- se alteraba el adjunto Sheriff, Collins.- Tú lo sabes,capi. O'conner lo informó, él encontró el cuerpo.- era claro que estaría molesto, el día de su desaparición había recibido un mensaje de H, "Lo que te digan no es verdad" se reflejaba en la pantalla de su celular, solo faltaban centímetros para que el aparato chocara la fatigada cara de Miller.

  El capitán estaba teniendo dolores de cabeza, si bien sabía que algo se traían los federales, que podría hacer él, lo más probable es que si iniciaba una investigación en contra de ellos, o los despedían, o se iban a una fosa común todos los que participaron del operativo.

  La noche que encontraron el cuerpo, lo mandaron a la morgue siendo custodiado por los del FBI, nadie tenía el permiso de entrar para reconocer el cuerpo, aunque la autopsia afirmaba que era Horacio, el rostro de aquel sujeto estaba desfigurado, las quemaduras que tenia habían deteriorado la totalidad del rostro, el único rastro de que fuera él, eran sus tatuajes, y para mala fortuna, ese sujeto los tenía, esa había sido la última información que se recibió de los federales para ambas mallas.

- Elena a conseguido información.- ambos Sheriff giraron a ver al Jefe de División, Ford. Estaba exaltado por la noticia que traía.- La forense tomo muestras de sangre al cuerpo, pudo realizar un ADN sin que el hospital o los federales lo supieran, los resultados saltaron hace unos minutos, así que esta dirigiéndose aquí.

  Si, era una sorpresa aquella noticia, era obvio que la LSMS, Elena, no se quedaría de brazos cruzados, ya que mantenia una buena relación con Horacio cuando iba a darse sus típicos masajes, hablaban de conflictos que tenían, reían, y pasaban momentos relajantes con la presencia del otro, se tenían aprecio, pero lo que mayor afloraba en esa relación fue la confianza que mantenían ambos. Les sorprendía que aquella mujer se haya arriesgado tanto por el agente.

  La emoción de los tres Sheriffs presentes se vio interrumpida por la frecuencia de radio. Escuchaban atentamente lo que su compañero decía, no daban abasto con lo que pasaba, era demasiado cómico.

  Elena Caselli, se encontraba siendo arrestada por portación de arma ilegal y tráfico de cocaina.

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Los Sheriff al mando arribaron al lugar donde se le había dado el alto a la forense, efectivos de la LSPD en compañía de Sheriffs y claramente, los federales, se encontraban revisando de punta a punta aquel vehículo, en la zona, también se encontraban las unidades caninas K9, estas fueron llevadas gracias que hubo un chivatazo a la policía de que un vehículo portaba droga en su interio.

- Que mierda es esta?...- Collins se encontraba atónito, una forense transportando droga?, que chiste era éste? La verdad que no daba gracia. A lo lejos divisó como arrestaban a la mujer mientras era dirigida hacia un patrulla federal, apresuro el paso para alcanzar al agente que la estaba escoltado. -Disculpe!- el agente federal giro para ver quien estaba interrumpiendo su trabajo. Conocía a aquel agente rubio de ojos celeste que se encontraba frente a él, sabía que era el tipo de anoche, el que apareció gritando con desesperación el nombre del agente H, pero también sabía de él cuando Ford comentó la trifulca que hubo en el Yellow Jack, donde también estaba Horacio, ese rubio era su compañero.

- Necesita algo?- en su rostro se notaba lo fatigado que se encontraba, tenía una mirada cansada, pero esta no dejaba de ser amenazante, se mantenía alerta a su entorno.

- Esa mujer venía a nuestra jurisdicción a entregar unos documen- se vio interrumpido por la interrogante del agente federal- Informacion de qué?. Las palabras salían secas, sin ápice de emoción. - Del agente H.- contestaba sin temor Collins, sabía que solo lo escucharía aquel rubio, sabía que también buscaba la verdad, él lo ayudaría a...- Qué agente H?.- con la nueva interrogante del federal su cabeza comenzó a hacerse un lío. -De Horacio coño!.- inconcientemente había levantado la voz y a sus espaldas un federal de camisa blanca y corbata negra, estiraba su mano para dejarla en los hombros del Sheriff, provocando que Collins girara por la sorpresa de tal acción.