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━━"ʙᴀᴅ ᴏᴍᴇɴ"
ᵐᵃˡ ᵖʳᵉˢᵃᵍⁱᵒ

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La pequeña flama que salía de aquella vela danzaba en la oscuridad de manera armoniosa, no había viento pero la leve respiración de la chica era suficiente como para que está se moviera de lado a lado de manera suave y constante

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La pequeña flama que salía de aquella vela danzaba en la oscuridad de manera armoniosa, no había viento pero la leve respiración de la chica era suficiente como para que está se moviera de lado a lado de manera suave y constante. Las luces apagadas del lugar le daba un toque tétrico a aquella escena,aunque era algo bastante leve. Era temprano en la madrugada ,nadie de aquel orfanato estaba despierto en ese momento y tampoco encontraría una explicación que dar para que la peli-gris lo estuviera, pero era algo que le sucedía de manera constante.

Su rostro iluminado mantenía una expresión cansada y un tanto lúgubre con aquellas pequeñas ojeras que nada más se notaban a la mañana; su vista fija en la fuente de calor, parecía admirar de manera desinteresada a la misma; el como está se movía, el como la cera se derretía y como a veces el tamaño de la llama disminuía o aumentaba de manera leve, aunque no tanto como para que pasara desapercibido, al menos a sus ojos. Abiertos como platos estos lagrimeaban al no parpadear muy seguido y mirar de manera fija la vela que alumbraba su rostro tenuemente.

Normalmente cuando una persona ""normal"" ve ese tipo de escena pensaría que aquella muchacha estaba loca y aunque lo pareciera, no lo estaba - o si, quién sabe -. Para la gente del orfanato -sobre todo para las demás chicas de cuarto femenino- era una escena algo normal, sobre todo para la peli-naranja que dormía en la cama contigua a la de nuestra protagonista, que dormía sin alguna preocupación con una deslumbrante sonrisa en su dulce y amable rostro, aquella era una de las personas favoritas de la peli-azul por su vigoroso ,alegre, animado y luminoso ser; que inconsciente de lo que sucedería en tan solo unos días ,dormía tan plácidamente que con solo dirigirle una leve mirada te producía calidez y tranquilidad.

En aquel momento dejo de lado la vela y abrió el cajón de su mesita de noche hundiendo su mano en el mismo y sacado aquel paquete de cartas del tarot,era nuevo y los dibujos de las cartas se veían realmente elegantes e irreales. Aquel paquete de cartas de tarot de la había regalado Isabella, aquella mujer que hacía el rol de madre en el orfanato.

Aquella mujer era realmente inteligente y cálida, aunque siempre le había dado aquel leve aura que siempre traía por la noche cuando uno de sus hermanos era adoptado, no quería juzgar mal pero siempre traía un aura pesada y tétrica y sus paso eran más pesados. Como persona que los había criado desde que llegaron de bebés su aura debería ser una de pena y de tristeza pero siempre la había notado rara desde niña, cuando se desvelaba esos días por aquel leve insomnio, pero siempre ignoraba aquello.

𝘾𝙖𝙧𝙩𝙖𝙨 |   𝖭𝗈𝗋𝗆𝖺𝗇 • 𝖳𝖯𝖭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora