– Alfa!
Grito el joven hada persiguiendo al contrario
– Por favor deja de correr
– Yeonjun por favor deja de seguirme
– Pero Alfa necesito decirte algo
– Por encima vez no quiero salir contigo
Y nuevamente el joven omega se quedó con aquella carta entre sus manos y sus ilusiones nuevamente derrumbadas.
No tenía ningún sentido ser hijo del rey, no cuando todo mundo te evita por el temor de ser castigado o simplemente exiliado
Como olvidar aquella niñera que fue exiliada sólo por hacer llorar al pequeño Yeonjun de dos años.
Sin muchos ánimos Yeonjun salió de aquel tronco viejo, los centinelas estaban en su hora de almuerzo y usualmente sólo de dedicaban a comer y jugar cartas mientras se gastaban algunas bromas de mal gusto.
El hada caminaba con pesadez por la arena asiendo que sus pies se hundieran sólo un poco en ella dejando un casi inexistente rastro de pisadas.
Su rostro se iluminó cuando visualizo al apuesto Alfa de cabellera colorida.
Se acercó al joven revoloteando sus alas, se colocó en el hombre del muchacho dejando un sutil beso en la mejilla
– Llegás tarde, donde estabas?
– Tenía cosas que hacer
– Pero, bueno no importa, sólo que el helado ya se terminó, no pude esperar más o se derretiría.
– No importa
Soobin pudo notar que la voz de su pequeño amigo estaba demasiado apagada y más imperceptible que de costumbre.
– Que tienes?
– Nada
– No tienes nada o no quieres decirme?, Acaso no me tienes confianza?
– Es sólo qué... Soy feo?
Esa pregunta lo desconcertó bastante al joven Alfa, así que tomó entre sus manos el pequeño cuerpo del omega mirándolo con cierta intriga y curiosidad, sin lugar alguno era alguien hermoso, su cabellera que parecía naturalmente rosada era suave, su perfil era delicado al igual que sus labios sin dejar de ser un poco rellenos, uno más que otro.
Sus ojos eran claros, quizás un color miel oscuro pero no tanto para llegar a un café, y sus pequeñas alas parecían que tenían brillo en ellas y algunos tonos violetas y morados.Era una persona hermosa, seguramente si no fuera por mucho más pequeño que él, lo estaría cortejando sin importar su impedimento notoria - su discapacidad - por eso no entendía porque el hada no se sentía atractivo o lindó.
– Eres por mucho la persona más linda que vi en mi vida.
El pequeño Omega se sonrojo ocultando sus mejillas entre sus pequeñas manos, no entendía porque su corazón latía con desesperación al escuchar esas palabras.
– Gracias
Fue todo lo que dijo antes de sonreír con una feliz genuina que contagio casi al instante al Alfa.
Aún sin saber, sus lobos ya se conocían
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Mi pequeño omega | Soojun
Fanfiction10 centímetros pueden ser mucho o muy poco, depende de como lo mires.