Sweetie (inacabada)

Cap. 25: Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas

Todo lo que está en cursiva es inglés

En el gif sale Gabri con su peculiar sonrisa y el vídeo es la canción que este mismo dice durante el capítulo

Americanos.

Rara es la persona que no haya oído hablar de ellos. ¿Y los nepalíes qué? Pues no, son los americanos los que están siempre en la punta de nuestra lengua. Los que tienen los inventos más locos, las notícias más absurdas, las modas más destacables, y los famosos más importantes. Y aquel viaje no podría ser viaje sin pisar suelo americano.

Y así pasó.

Nuestro próximo destino no era menos que los Estados Unidos de América, aquellos niños grandes que se han hecho con el mundo. Digo niños grandes porque, en serio, son estúpidos. ¿Sabíais que Obama tuvo que hacer un comunicado oficial para aclarar que los vampiros no existían? Tenía el presentimiento que aquel viaje sería divertido.

Aunque no del todo...

Nada más llegar nos cachearon y revisaron nuestro equipaje, sin haber pitado siquiera en el detector de metales. No me quiero ni imaginar qué me hubiera pasado si llego a pitar. Y esque encima el policía imponía bastante. ¡No hay nada mejor que un gorila de dos metros te mire con mala cara! Y ojo, que lo de gorila no lo digo porque fuera negro, es más, era blanco. Es porque era grande por definición. Incluso era el doble de Dani...

En fin, después de aquel suceso cogimos un taxi y fuimos directamente a Nueva York. Sinceramente no fue lo mejor del viaje. Sí, es una ciudad preciosa, y sí, una de las más importantes del mundo. Pero, no se... ese estilo no me va. En cambio Dani estaba maravillado con absolutamente todo. La estatua, el puente, el museo, la casa de John Lennon... lo que no entraba en nuestros planes fue perdernos en El Bronx.

Y daba mucho miedo...

—Oye Dani... ¿Cómo salimos de aquí?

—Ni idea.—Volvió a mirar molesto el mapa.—Creo que si giramos por esa calle... no, eso lleva a otro sitio. Tal vez esta otra...—Murmuraba para sí mismo.

Empezaba a anochecer y mis piernas flaqueaban.

No me gustaba aquel lugar. 

De repente un hombre negro se acercó a nosotros. Agarré con fuerza la chaqueta de Dani y él me miró desconcertado.

—¿Tenéis algún problema tíos?—Dijo mostrando su dentadura de oro.

—Sí. Verás, nos hemos perdido.—El hombre cogió el mapa.

—¿A dónde váis?—Preguntó sin despegar la mirada del mapa.

—A Times Square.—Respondió Dani.

—¡Ah! Tenéis que ir por aquella calle.—Señaló una que estaba a la izquierda.—Seguís recto hasta la tercera calle a la derecha, después a la izquierda y ya esta.—Sonrió.

—Muchas gracias.

—Si váis rápido podéis llegar antes de que anochezca. Suerte tíos.—Y chocaron los cinco.

El hombre se marchó y quedamos solos.

—Vamos.—Dani empezó a caminar.

—¿No tenías miedo?—Pregunté yendo tras él.

—¿Miedo por qué? Nos ha ayudado.

—Sí pero...—Me quedé pensativo y solté una sonrisa.—Tienes razón. Malditos estereotipos absurdos del Bronx...—Se giró y me dedicó una sonrisa.