707 veces más- Mystic Messenger

Día 3.

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Recuerdo tu nombre, esta vez no lo olvidaré; pero tan sólo con unos segundos,
lo empecé a perder.
¿Cómo puedo ser tan egoísta
para olvidar tu nombre?
No me dejes de nuevo, te lo ruego.

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Desperté de un profundo sueño agitada. No podía creer como el tiempo se detenía cuando pensaba en ti, era inevitable.

Tomé mi celular para tratar de no perder ningún chat; lo desbloqueé y jugué el chatroom que se encontraba abierto. Todo estaba bien, aunque tú no estuvieras aquí.

Respiré profundo para solo recostarme de nuevo. ¿Por qué me siento así? Tomé entre mis manos mi propio rostro buscando el tuyo; sigo confundida entre sueños. No te dejes perder T/n, debes centrarte.

Me levanté y bebí un sorbo de agua del vaso que había abandonado ayer. Tomé una ducha refrescante, dejándome llevar por el sonido que producía cada gota  contra el suelo, ¿te recordaría de alguna forma?

Agarré la toalla secando mi cuerpo y cabello. Al verme en el espejo empañado lo único que venía a mi mente era tu nombre, como si tú y yo fuéramos lo mismo, el mismo ser.

Por propia iniciativa continué con mis estudios, incluso si no tenía ánimo. El tiempo se detenía entre recesos, me perdía en mis pensamientos imaginando lo que pasaría una vez te encontrara de nuevo, cuándo sea y cómo sea que lo haga.

-T/n, ¿podrías bajar por un segundo?
La voz de mi madre me regresó a la realidad y bajé las escaleras que me conducían directamente al comedor de cristal.
-Necesito ir a la plaza de nuevo, ¿podrías acompañarme?

Asentí y nos dirigimos al coche. Durante el trayecto seguí contestando chats y mensajes, pero Luciel no se había unido a ninguno de ellos. No pude contener mi preocupación por aquel pelirrojo.

Estacionamos el coche y entramos a la plaza, mi madre se separó de mí dejándome explorar como siempre sin precaución. ¿Te volvería a encontrar? Esta vez, di la vuelta y caminé en dirección contraria al lugar donde había contactado con él.

No había tenido la oportunidad de ver esta parte de la plaza. Solía siempre dirigirme a la misma zona. Vi bastantes tiendas bonitas, pero ninguna lo suficientemente llamativa. Miré por un segundo mis pies, tratando de verte caminando a mi lado.

El sonido de una pequeña campanita distrajo toda mi atención. Giré para poder encontrar el origen de aquel sonido tintineante.

Una pequeña librería ahora estaba enfrente mío; tenía bonitos cristales decorando su entrada, los cuales hacían que sintieras estar en un sueño de fantasía.
Asomé mi vista en su interior, no parecía haber nadie. Con cierta duda, empujé ligeramente la puerta de cristal; la campanita sonó de nuevo.

Me introduje y di un pequeño vistazo panorámico antes de adentrarme totalmente en la librería; era parcialmente pequeña, con varios estantes que sostenían libros de diferentes géneros, tamaños y colores, había varias macetas y flores que no había podido distinguir desde afuera.

Mis pasos resonaban débilmente en la madera que sostenía el lugar. Observé los libros de lejos, no sabía si sería buena idea tomar alguno para llevarlo a casa, no suelo leer tan seguido, pero trato de mejorar.

Uno de los libros cayó a mi lado, reaccioné rápidamente y lo levanté con cuidado para devolverlo a su lugar, pero...

"Viajes entre Dimensiones"