Yo, Scorpius Malfoy.

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Scorpius se despertó ese Domingo soleado y lo primero que hizo fue ir al baño, luego de hacer sus necesidades y tomar un baño volvió a su habitación. Tenía que vestirse y desayunar rápido, pues hoy volvería a Hogwarts. Los nervios recorrían su cuerpo sin cesar.

Se puso sus boxers, los cuales había comprado hace poco tiempo, se puso una camiseta interior blanca.
Miró su cuerpo en el espejo y lo odió, se sentía horrible, odiaba verse así, estaba harto de la incomodidad que le representaba.

Toda su ropa era nueva, su guardarropa había sufrido un gran cambio ese último año, se puso una camisa blanca que era dos o tres talleres mayor, con unos pantalones de vestir que disimulaba sus caderas, sobre la camisa colocó un suéter verde que había pertenecido a Albus, también era dos talles mayor, luego de acomodarlo para que quedara más abultado por fin dió por terminado su ritual de preparación.

Bajó a desayunar con su padre, había sido un verano complicado y llenó de noticias movilizadoras. Aunque la mayor le llegó a Draco la noche anterior, y todo por espiar en la habitación de Scorp.

-Buen día padre- dijo mientras tomaba asiento, la incomodidad volvió, luego de lo que había sucedido la noche anterior el ambiente era algo incómodo y llenó de silencio- Sobre lo que te enteraste ayer...- su padre interrumpió su intento por aclarar las cosas.

-No te preocupes, yo te entiendo, sigues siendo la misma persona de siempre, yo te amo.. hijo- Draco le sonrió y Scorp se sintió muy aliviado, el abrazo que le siguió a ese pequeño discurso fue uno muy cálido y llenó de cariño.

- Gracias por enteder padre, yo también te amo. - Scorpius dijo mientras abrazaba a Draco, su cabeza estaba en el espacio de su hombro y su cuello.

Luego de eso el desayuno de la pequeña familia continúo, hablando sobre Hogwarts y otro tanto de cosas que no tienen tanta relevancia.

•••

Scorpius se encontraba en el tren, estaba solo pues Albus todavía no hacía acto de presencia.

Estaba esperando a su novio de hace ya un año, mientras leía una revista muggle dónde promocionaban las cirugías plásticas más avanzadas, desde rinoplastias hasta mastectomia.
Scorpius estaba interesado en realizarse un par de ella para por fin estar comodo y confirme con su cuerpo, cada día que pasaba se le hacía más difícil verse al espejo.

La puerta fue abierta y por ella estro Albus Potter, se acercó a besarlo y al encontrarlo tan distante se preocupo.

-¿Sucede algo cariño?- pregunto sentándose a su lado.

-Ayer papá se enteró del secreto- dijo removiendose en el asiento.

-¿Se lo tomó mal?- pregunto con preocupación, lo menos que quería era ver a su novio sufrir el rechazo de su padre que era la única familia que le quedaba.

-Para mí alegría se lo tomó bien, cuando bajé a desayunar quise aclarar las cosas, pero me interumpio para decirme y cito, "No te preocupes, yo te entiendo, sigues siendo la misma persona de siempre, yo te amo.. hijo"- la felicidad y emoción se notaban en los ojos del rubio, estaba realmente muy feliz de la reacción de su padre.

Albus se alegro por él, durante el año anterior la reacción del señor Malfoy al "secreto" había sido su mayor preocupación. Ahora estaban aliviados y felices.

•••

Luego de la cena Albus y Scorp acompañaron a los niños de primero a su sala común, luego de explicarles las reglas de convivencia se despidieron viendo a los niños partir escaleras arriba. Ellos permanecieron frente a la chimenea un poco más, estaban acurrucados con un manta sobre ellos mientras hablaban de su verano.

Yo, Scorpius MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora