Después de ese incidente, a veces tenía miedo de hablar con Elizabeth, tal vez pensaría que soy igual que ellas o que busco estar en el grupo de ellas, pero lo que menos quería era eso, tuve que hablarle porque me había olvidado mi lapicero, y era la única que estaba a mi lado, no me gustaba pararme a pedirme prestado porque era muy tímida y me daba vergüenza.
Ella al principio me miró seriamente, pero igual me prestó, luego se lo devolví, ella seguía estando seria, tal vez era su forma de ser, solo quería que supiera que yo no quería ser igual que esas niñas molestosas.
Hasta que un día tuve la oportunidad de hacer el libro con ella, me di cuenta que en realidad no era seria, era muy graciosa, y también me enteré que a veces se iba a su casa junto con Mariana, y a veces se iba en una bicicleta que traía al colegio.
A pesar de hablarme con Mariana y Elizabeth, había algo que no me permitía hacerme amiga de ellas, por más tonto que suene, era culpa de la carpeta, no era la carpeta de dos asientos que me hizo volverme amiga de Angie, era una carpeta para una sola persona, y estando sola no podía hablar a gusto con ellas, al final, sí, seguía sola.
Y por lo mismo que estaba sola, estaba indefensa.
Llegó mayo, y en la clase de arte, faltó el profesor, así que la directora vino a enseñarnos a hacer una tarjeta para el día de las madres.
En una cartulina rosa teníamos que dibujar dos corazones pegados, y luego cortar por el borde sin separar los corazones, para que se doble como una tarjeta.
Yo lo hice tal y como lo explicó, la directora llamó a Bruna para que recogiera los trabajos terminados, yo puse mi nombre y se lo entregué.
No sé cómo ni dónde pero luego de unos minutos, la directora me llamó, yo fui a su escritorio y ella estaba seria, me mostró mi trabajo, los dos corazones estaban separados, yo me asusté, no sabía porque mi tarjeta estaba prácticamente rota, me preguntó porque hice eso.
Yo recordaba haberle dado a Bruna mi trabajo bien hecho, pero cuando la directora me preguntó, no sabía que decirle, ni siquiera sabía el porqué mi trabajo estaba roto, me quedé callada, estaba muy nerviosa, la directora empezaba a perder la paciencia.
"Mi trabajo estaba bien, no sé qué pasó", le dije muy asustada, la directora me preguntaba que entonces porqué estaba roto, yo busqué con la mirada a Bruna, ya que era la única a la que le había dado mi trabajo, ella me miró riendo.
"Fue Bruna", le dije a la directora, ella le preguntó a Bruna si lo hizo, era muy obvio que diría que no, "no acuses a quienes no tienen la culpa", me dolió que no me haya creído, yo que estudié en ese colegio desde los 3 años, que nunca cometí ninguna travesura, los profesores me conocían por ser tímida, incluso ella misma me subió de grado, no entendía porqué no me creía, pero más me dolía ver la tarjeta para mi mamá toda rota, y de paso, me puso un cero en arte.
Me sentía tan devastada que ni lloré, era la segunda vez que me sentía shockeada como en 2do, sabía que no podía hacer nada más.
Para mi suerte, la directora no llamó a mi mamá, la verdad no quería que se agrande el tema porque ya no quería enfrentarme más a Bruna, tal vez mi mamá llamaba a su mamá e iba a ser peor.
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Mi amiga y mi no tan amiga
Teen Fiction"Siempre me he caracterizado como una persona solitaria y sin amigos, nunca supe el significado de lo que es la amistad, pero dos personas me enseñaron, mi amiga y mi no tan amiga."