Nada Ha Cambiado

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El año pasó volando, me hice un poco más amiga de Mariana, ese año también gané muchos diplomas.

En 5to de secundaria, para mi suerte, Bruna se cambió de colegio, yo seguía con mis mismos compañeros de antes, y las carpetas eran para 2 personas.

Esta vez me hablaba más con mis compañeros, ya no tenía ese miedo de que no iba a socializar con nadie, hubieron muchas ocasiones en que hacía grupo con ellos, una carga menos.

Pero un día Elena me pidió prestado mi cuaderno porque ella había faltado, yo le presté normal, pasaron los días y no me lo devolvía, como yo conocía su casa, fui a decirle que me lo devolviera porque tenía que hacer mi tarea, ella salió sonriente de su casa con mi cuaderno y me lo devolvió.

Regresé a mi casa pensando en que tal vez ella había cambiado porque ya no estaba Bruna, ya que últimamente me hablaba normal con Elena, no era la misma de antes.

Me senté a ver mi cuaderno, pero había algo que me decía que revisara la parte de atrás, como un presentimiento, entonces lo hice y vi que las hojas de la mitad estaban rayadas con lapicero, y que decían mi nombre acompañados de la palabras "gorda" y "fea", sentí que mi alma volvía a quebrarse, no sabía que hacer, si decirle a mi mamá o no, pero ya tenía muchas preocupaciones como para molestarla a que vaya al colegio a arreglar esto, además de que ya me estaba llevando bien con Elena y no quería arruinar nuestra ¿amistad?

Arranqué las hojas y las boté en la basura, hice de cuenta como si nada hubiera pasado.

Al día siguiente en el salón de clases, Elena se me acercó y me dijo sonriente: "¿todo bien con tu cuaderno?", traté de fingir que no pasaba nada y le dije que todo bien, dejó de sonreír, me miró extrañada y me preguntó: "¿no viste algo en tu cuaderno?", le dije que no había visto nada, ella se fue muy extrañada.

Nunca entendí porqué Elena era tan fastidiosa, su hermana Belén era todo lo contrario, era muy amable, a veces me ayudaba en algunos problemas o me prestaba sus cosas, era muy alegre y se llevaba bien con todos, me daba pena que haya repetido el grado, no se lo merecía, ella merecía cosas buenas, lamentablemente un día falleció el papá de ambas, en el salón hicimos una pequeña donación para ellas, y como yo con mi compañero Gian éramos los delegados del salón, fuimos a la casa de ellas con la directora a entregarles la donación a su mamá.

Esa fue la última vez que las vi, ellas ya no regresaron a estudiar, era comprensible, y lo más seguro es que decidieron cambiarse de colegio, a pesar de que Elena no me trató tan bien que digamos, no le deseo el mal, al contrario, les deseo que les vaya bien a ambas, porque de alguna manera hablaron conmigo y eso me hizo sentir bien y les agradezco.

Mi amiga y mi no tan amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora